Sergio Barrera, testigo y partícipe de un momento histórico importante, cuando parte del pueblo argentino ejerció la democracia directa y participativa, en plena crisis de representatividad de la clase política partidaria
Las Asambleas Populares del 2001-2002:
La primavera de la autoactividad de las masas
En el primer semestre del año 2002, vivimos una pequeña primavera donde se desplegaron inéditas acciones independientes y autónomas de las clases subalternas, aunque focalizadas principalmente en la Capital Federal, algunos partidos del Conurbano bonaerense y en algunas ciudades importantes del interior del país. ¿Cuál fue su potencialidad? ¿Qué faltó para que las mismas se desarrollaran y prefiguraran una nueva relación de fuerzas y perspectiva política de cambio social? ¿Existe un legado?
Las Asambleas Populares fueron un emergente, de la rebelión del 19 y 20 de Diciembre del 2001. No se entiende la rebelión del 2001 sin mirar hacia atrás, quizás los últimos 25 años de la historia de nuestro país, pero poniendo la lupa en la última década del siglo XX.
¿Cómo llegamos a un país con una crisis orgánica, es decir que abarca todos, absolutamente todos los aspectos de su vida económica, política, social y cultural. Es lo que llamamos una crisis estructural.
Fue gracias al reinado de las recetas neoliberales, desarrolladas en todo su esplendor con el tándem Menem-Cavallo y mantenidas por De la Rúa.
Las consecuencias fueron una profunda desigualdad social, provocada fundamentalmente por el desempleo y el subempleo; aumento considerable de la brecha entre ricos y pobres; una clase media pauperizada, sin posibilidades de ascender económica y socialmente; marginados y excluidos; pobreza y hambre.
Las instituciones del estado, estaban totalmente desprestigiadas, cuestionadas y aborrecidas. El Poder Ejecutivo, respondiendo a las directivas de los organismos internacionales, primero fue repudiado por las “relaciones carnales” que el pueblo sentía más como una verdadera violación y poco después la figura presidencial pasó a ser el centro de todo tipo de bromas y cargadas.
El Poder Legislativo, era repudiado por corrupto, parasitario, estuvo cuestionada incluso la forma delegativa de representación democrática, que tiraba abajo todo el fetichismo sobre el que se sostiene el sistema representativo republicano.
El Poder Judicial, identificado como títere del poder político (recordemos la servilleta de Corach), hacía que el reclamo de justicia y seguridad jurídica estuvieran a la orden del día, aunque casi sin ninguna confianza de poder conseguirlas finalmente.
Revuelta y rebelión
“Revueltas, rebeliones y revoluciones constituyen tipos de movimientos colectivos desarrollados por los sectores subalternos de una sociedad. Las primeras poseen escasa organización. Son esporádicas, espontáneas y de corta duración, ocupan un área reducida del territorio y se extinguen cuando los reclamos puntuales que efectúan sus líderes son satisfechos, o bien, cuando las fuerzas del orden proceden a la represión violenta.
La rebeliones, en cambio, son un nivel mayor de organización y se prolongan en el tiempo, pudiendo integrar los reclamos y demandas de diferentes sectores” (… ) ”Cuando logran triunfar, obtienen algunas modificaciones parciales en el orden social, que satisfacen las demandas, aunque no significan cambios en sus aspectos centrales”1
Esta cita, en líneas generales nos sirve para ubicar el alcance de los hechos y su profundidad. Las movilizaciones del 19 y 20 de Diciembre del 2001, con epicentro en la Capital Federal y Gran Buenos Aires tuvieron un alcance nacional, conmovieron al Estado nacional y a su superestructura de conjunto, aunque a medida que se alejaba la onda hacia las provincias, ésta se iba debilitando.
Pero es indispensable tomar como antecedentes a las puebladas del interior, de Cutral Có (1997) y Mosconi-Tartagal ( 1997-2001), que en base a las asambleas populares, en donde el pueblo todo, se organizó, discutió, y lucho, consiguiendo victorias que resonaron a lo largo de toda la extensa geografía de nuestro país.
Habría que agregar que en la movilización del 19 de Diciembre principalmente, en la que habrían participado alrededor de medio millón de personas y en la del 20 de Diciembre, en dónde una vanguardia enfrentó a la represión desde Plaza de Mayo hasta la Avenida 9 de Julio, hubo claramente elementos insurreccionales.
La potencialidad: Estado de asamblea
Mientras participábamos y discutíamos en las asambleas un compañero de la Asamblea de Parque Avellaneda escribe lo siguiente, que sintetiza la mirada de muchos asambleístas en aquellos primeros meses:
“Las asambleas populares son la respuesta más creativa y poderosa forjada por el pueblo argentino luego de décadas de resistencia atomizada y dispersión. Intentan reconstruir las tradiciones de lucha que los poderosos quisieron exterminar, enlazando generaciones y experiencias en su seno. Busca unir lo que durante años el régimen atomizó. Busca incluir generosamente en su interior a asalariados en blanco y en negro, efectivos y contratados, desocupados y changarines, ahorristas arruinados y estudiantes. Todos los átomos dispersos pueden reagruparse en torno a ella. En esto radica su potencialidad revolucionaria que no sólo cuestiona políticamente al régimen y sus políticos, sino que además tiende a reconstruir en su seno los tejidos de solidaridad social que durante décadas estuvieron dispersos”2
Habían sido muchos años de sufrir en lo económico las medidas neoliberales; en lo social años de aislamiento, de soportar una cultura que premiaba el individualismo, el sálvese quien pueda.
En el territorio, los desocupados empezaban a encontrarse en el piquete para pelear por trabajo y dignidad; en las fábricas recuperadas, los trabajadores daban una respuesta defensiva al desempleo con la ocupación y gestión obrera de los establecimientos quebrados, proceso sintetizado en la consigna: ocupar, resistir, producir. En los barrios , los “vecinos”, trabajadores, desocupados, jubilados, estudiantes y comerciantes, nos encontramos para re-construir una trama, con nuevos lazos sociales, que nos permitió cuestionar todo, pensar en cambios e intentar instrumentarlos.
Primero vino la acción, las movilizaciones tuvieron características muy variadas, desde los ahorristas estafados, los comerciantes con sus cuentas y tarjetas paralizadas, los trabajadores pudiendo extraer pequeñas cantidades de dinero de sus sueldos, los saqueos en el Gran Buenos Aires a los supermercados barriales y finalmente la salida a la calle, el “cacerolazo”, como respuesta al estado de sitio. Al día siguiente la acción callejera, el enfrentamiento en respuesta a la represión, los muertos en nuestras filas, el agrupamiento en los barrios para organizar la bronca, para poner en palabras lo que se había manifestado en la acción.
Entonces el pueblo formó la asamblea barrial para encontrarse, para debatir y para luchar en la plaza del barrio, recuperando un territorio, abandonado en la última década. Ya no era el espacio corporativo, sino el espacio de todos dónde se empezaba a construir una nueva subjetividad.
Como una respuesta a las “ordenes” y al verticalismo de “los cuerpos orgánicos” que bajaban siempre de alguna institución superior, política o sindical, en esencia externa al tejido social, se instrumentó y popularizó el funcionamiento asambleario. Se terminaba el “acepto y obedezco”, e intentábamos “tomar en nuestras manos”, absolutamente todo.
La desconfianza y el repudio a burócratas de todo pelaje, sean políticos o sindicales, impulsaron las tendencias no delegativas, la horizontalidad y la autonomía. Se buscaron formas para transformar las relaciones entre representantes y representados, pensando la implementación de criterios de rotación, mecanismos de control y revocabilidad.
Así, el movimiento asambleario cuestionó algunos de los pilares en el que se asienta la constitución burguesa como que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”; “los partidos políticos son las instituciones fundamentales del sistema democrático” y “la irrevocabilidad de los jueces supremos” entre otros.
Para un sistema que funciona trabando toda posibilidad de que las clases subalternas se puedan expresar sin intermediarios, la búsqueda de nuevas formas que permitan desarrollar la democracia directa, el intento de poner en práctica formas deliberativas extra parlamentarias, con marcada desconfianza a todo lo que pudiera facilitar la cooptación del Estado, era un problema de vida o muerte.
Entre Capital y Gran Buenos Aires, se calcula que funcionaron alrededor de 120 asambleas, llegando a unas 200 en todo el país. El movimiento alcanzó un mayor grado de organización y centralización al conformarse la Interbarrial de Asambleas y llegó a realizarse un encuentro Nacional en Plaza de Mayo. Con una participación activa de poco menos de 10.000 asambleístas, sus acciones y desarrollo fueron respaldados por muchísimos más, porque todo el país estaba en estado asambleario, todo se debatía, todo se discutía, todos buscábamos las soluciones para la crisis.
Un radiografía elocuente
Después de una Interbarrial de Parque Centenario3 , se hizo una encuesta para saber sobre qué temáticas trabajaban las Asambleas Barriales, se tomó como parámetro la formación de comisiones por cada tema específico. La encuesta –aunque parcial-es una radiografía de las preocupaciones asamblearias.
Sobre 66 asambleas encuestadas:
Casi todas las asambleas toman la lucha de DDHH, pero 22 asambleas participaban en coordinadoras locales contra la impunidad, en defensa de los derechos de las personas o de los pueblos.
En 18 asambleas se lucha contra el hambre, se mantienen comedores, en varios casos articulando con alguna organización piquetera. En Capital Federal, 4 asambleas mantienen ollas populares, 5 comedores comunitarios y 4 merenderos.
En 17 asambleas se instrumenta una Economía solidaria, son las actividades que incluyen micro -emprendimientos (textiles, juguetes), compra de bolsones de alimentos, cooperativas de consumo, trueque, huertas comunitarias y ferias artesanales.
En otras 17, se toma el tema de la lucha contra las Privatizadas, con comisiones barriales y una comisión central de la Interbarrial. Centralmente se organizan las movilizaciones contra los tarifazos, contra los cortes de luz, por la recuperación de las empresas privatizadas: correo, aguas, energía y ferrocarriles, entre otras.
En 16 asambleas se toma el tema de la Salud Pública. Existe una Intersalud de Capital Federal y algunas asambleas participan de los Foros de Salud y Medio Ambiente.
En 15 asambleas se toma el tema de la Tierras Públicas, se lucha contra la especulación inmobiliaria y la privatización de los espacios públicos (Ex Talleres ferroviarios, la costa ribereña, el Puerto de Bs. As., las tierras de Palermo Viejo y el Parque 3 de Febrero, etc.)
En 13 asambleas se toma el tema de las Comunas. Apoyándose en la Constitución de la Ciudad de Bs. As., que en 1996 proyectó la descentralización del poder central a través de las comunas y nunca instrumentó, se presentó un modelo alternativo asambleario, con elementos avanzados de democracia directa, como son la potestad de decidir y controlar los gastos del presupuesto, comisiones elegidas por los vecinos por barrio y revocabilidad de los mandatos entre otras medidas progresivas.
En 11 asambleas, se participa en coordinadoras de lucha por el No Pago de la Deuda Externa y contra el ALCA.
En 12 asambleas se toma específicamente el tema Cultura Y Educación, que abarca desde la educación en general, sueldos docentes e infraestructura, hasta talleres, festivales, corsos, charlas-debate, etc.
En 7 asambleas existen comisiones de Prensa y Comunicación, que editan periódicos alternativos, boletines y tienen programas de radio. También existe una comisión que centraliza esta actividad y edita un periódico para todas las asambleas: QSVT (Que Se Vayan Todos).
En 4 asambleas toman el tema de Desocupados y Cartoneros. Tienden a formar cooperativas de trabajo y recolección de los residuos urbanos.
En 4 asambleas se toma el tema de la Vivienda, apoyo a los deudores de las cooperativas, a los desalojados por remates y / o por ocupas.
En 2 asambleas se toma el tema de la Minoridad en capital, son las que trabajan con los chicos de y en la calle.
En 2 asambleas, se participa centralmente en la asamblea por la Justicia que llevan adelante los escraches a los jueces de la Corte Suprema.
Como se ve, aunque es un informe parcial, es sintomático que las asambleas toman concretamente y quieren intervenir en los problemas centrales del país. Nótese que no existían comisiones de ahorristas o perjudicados por el “corralito”. Contra los instalado en el imaginario popular, si bien es cierto que al principio ese sector fue el más mediáticamente activo, es evidente que el fenómeno lo superaba ampliamente.
Esas comisiones, por ejemplo en la Asamblea Popular de Liniers, funcionaban semanalmente en una reunión que se hacía durante la semana, llevaban propuestas a la asamblea del sábado y las que eran votadas, se llevaban el domingo a la Interbarrial.
Un programa básico
Lo primero fue el cuestionamiento al régimen democrático representativo y republicano. Las elecciones de octubre, ya habían dado un aviso al repudio a la clase política en general, con el avance del voto en blanco, el voto anulado de protesta y la abstención.
El canto popular “Que se vayan todos, que no quede uno solo”, fue una muestra clara del repudio social, que cuestionaba radicalmente el régimen político, en la búsqueda de nuevas formas de democracia directa.
Al mismo nivel, se levantaron las consignas para repudiar la política económica neoliberal, las medidas implementadas a instancias del FMI y los organismos internacionales de crédito.
La Asamblea Popular de Liniers, levantaba en sus boletines, volantes y en un texto leído ante miles de personas en el Carnaval de la Protesta del día 8 de Febrero del 2002, los siguientes puntos, que eran los que se planteaban en casi todas las asambleas que participaban de la Interbarrial:
* Juicio político a los jueces de la Corte Suprema.
* Reforma política, que contemple entre otras cosas la revocabilidad de los mandatos.
* Mayor presupuesto para la educación, para la salud y para los jubilados.
* Creación de nuevas fuentes de trabajo.
* La re-estatización de las empresas privatizadas.
* El No Pago de la Deuda Externa.
* El juicio y castigo a los represores y asesinos del 19 y 20 en Plaza de Mayo.
Piquete y Cacerola
El estado de asamblea, plantea primero una ruptura. En líneas generales, es: “Ustedes no nos representan. Vamos a representarnos a nosotros mismos. Vamos a tomar las cosas en nuestras manos”. Cuando el “vecino”, va en busca del otro, sale de su cueva y se encuentra en la trinchera con otros, en la asamblea. Y piensa políticamente, toma en sus manos la política.
El desocupado sale también de su casa, deprimido, despojado, ninguneado. El desocupado en la asamblea o en el piquete, ya no se siente humillado, está con otros peleando por trabajo y dignidad.
Entonces, otra de las potencialidades que nos legó la rebelión del 2001, fue el principio de encuentro y la posibilidad de que las distintas realidades de las clases subalternas, la clase media empobrecida, los profesionales pauperizados o desocupados, jóvenes y jubilados se encontraran en la calle, con los movimientos de trabajadores desocupados y piqueteros. La coordinación y la confluencia estuvieron planteadas.
El encuentro se dio en la asamblea y en la movilización, identificando un mismo enemigo, sus mismos problemas e intentando construir una salida en común.
El lunes 28 de enero del 2002, los asambleístas del barrio de Liniers, vecinos y comerciantes recibimos con un desayuno a los piqueteros de La Matanza que marchaban a Plaza de Mayo. Lo mismo hicieron las distintas asambleas a lo largo de toda la Avenida Rivadavia. Aquí quiero abrir el primer paréntesis, porque a la distancia adquiere mayor valor esa acción. En la asamblea se armó un lindo debate. Algunos vecinos planteaban que no era un problema nuestro y que no debíamos mezclarnos con los piqueteros. Otros cuestionaban a los dirigentes, por eso de la manipulación de los planes, el clientelismo, etc. Se fueron dando respuesta a cada uno de los argumentos en contra y primó la idea que se apoyaba la lucha de los desocupados y no a sus dirigentes, que en la asamblea teníamos muchos desocupados, que aunque fueran de clase media empobrecida no los hacía diferentes y que lo fundamental era que estábamos luchando contra un mismo enemigo. La asamblea que votó el desayuno fue numerosa, había unos 200 vecinos, y una vez que se votó, desaparecieron las diferencias. Allí se desplegó toda la iniciativa, la imaginación y casi 150 vecinos participaron del recibimiento. Los comerciantes por primera vez no bajaron las persianas, y si alguno lo hacía, habíamos preparado carteles que decían “Cerrado por Vacaciones”, fue una propuesta de un vecino para no ofender a los piqueteros. Se armaron mesas con tablones y caballetes, las panaderías de la zona colaboraron igual todos los vecinos venían con una bolsa de pan y un termo. El ferretero del barrio, armó con un equipo de vecinos un “mate móvil”, que era un tanque de acero inoxidable de 1.000 litros., armó un dispositivo con caños termo contraíbles, le puso una canilla y lo instalaron en un tráiler. Todo eso durante toda la noche del domingo al lunes. El mate cocido se hizo a la madrugada en dos bares y varios vecinos con baldes lo trasladábamos hasta el tráiler. La confraternización en la columna fue inolvidable, creo que esa imagen aterrorizó a varios en las alturas.
Hubieron otros hechos que marcaron el acercamiento que ambos sectores buscaban, se organizó un “Cacerolazo” el 15 de Febrero con participación del Bloque Piquetero y una columna de la CTA; las Asambleas Barriales fueron invitadas y participaron de la “Asamblea de Trabajadores Ocupados y Desocupados” convocada por el Bloque Piquetero.
El fin de la primavera
Lo que estuvo planteado en el proceso abierto en la rebelión del 2001 y los primeros meses del 2002, fue el ejercicio activo del poder popular. Se expresó en la búsqueda de autonomía, que apuntaba contra la dependencia del estado, sus partidos e instituciones “democráticas”. En el rechazo a los “aparatos” y a los burócratas de todo tipo. En la desconfianza hacia todo lo “delegativo”.
Por ejemplo en la Asamblea Popular de Liniers, se elegían los delegados para la Interbarrial de Asambleas, pero iba casi toda la asamblea para “controlar” a los delegados.
Eran los tiempos en que autonomía, horizontalidad y consenso, eran valores supremos. El problema es que muchos entendieron autonomía como el rechazo a toda forma de delegación, representación o incluso organización que trascienda los estrechos marcos del propio sector. La horizontalidad extrema llevó al inmovilismo primero y a la desmoralización por inacción después.
Esto se constituyó en una traba para que se consolidaran los nuevos fenómenos surgidos del proceso abierto en diciembre del 2001.
Así se cerraba el camino a una noción de autonomía distinta, la que “remite a la recuperación de las experiencias de auto-organización obrera y popular, como parte de la construcción del “espíritu de escisión” necesario para concretar la ruptura con el capitalismo, pero sin renunciar a la construcción de formas políticas alternativas (organización de “nuevo tipo” como “intelectual colectivo”).”4
Podría decirse que el movimiento no maduró lo suficiente, para dar respuestas positivas a los nuevos problemas que se le presentaban, y esto se reflejó en la incapacidad de resolver, entre otros, los problemas de funcionamiento capaz de lograr una ecuación eficaz entre el debate democrático y la acción política concreta.
Aunque nunca planteó en forma consciente una ruptura con el sistema capitalista, ni siquiera en abrir un cauce independiente de la burguesía, proceso que se dio solamente en forma marginal en algunas asambleas, el movimiento conjunto de asambleas barriales, piqueteros y fábricas recuperadas, cuestionaron e hicieron entrar en crisis el régimen político, económico y social heredado de la matriz neoliberal. Y la derrota de ese modelo, no es poca cosa.
Pero el movimiento asambleario que gritó ¡Que se vayan todos, que no quede uno solo!, sabía lo que no quería, pero no sabía y no podía aún proponer una alternativa. Y la sociedad que lo acompañó, que siguió con simpatía el proceso destituyente asambleario, esperó en vano una respuesta política real, concreta y aplicable.
Ante el triunfo de la burguesía, que logró imponer las elecciones sólo a Presidente, derrotando el pedido de toda la sociedad de elegir todos los cargos, la población volvió a delegar en el sistema político tradicional.
Solas contra el mundo
Las asambleas estuvieron solas contra el mundo para poder desarrollarse, avanzar, recuperando lo mejor de la historia de luchas de nuestro pueblo y crear imaginativamente las respuestas a viejos y nuevos problemas. Mostraron parte de su potencial, pero como un bebé que recién empieza a caminar, no merecían los zarandeos, zancadillas ni manipulaciones de las organizaciones que deberían haber estado a su disposición. Estas se opusieron al paciente y dialéctico trabajo de contribuir para que sus integrantes hicieran su propia experiencia, aprendiendo en el ensayo y el error, las síntesis superadoras que le permitieran avanzar.
Es verdad que las asambleas estaban llenas de problemas, tensiones y que primaba el “desorden” de lo que todavía no terminaba de nacer, pero tenía en su seno toda la potencialidad
revolucionaria , que en forma explosiva había tirado abajo varios presidentes y puesto en crisis al régimen neoliberal.
Las organizaciones no ayudaron con sus prácticas sectarias, subestimando primero al movimiento, y después tratando de imponerle “su” programa, creyendo que la “crisis de dirección” se solucionaba si tal o cuál organización terminaban copando la Interbarrial.
En este punto quiero abrir el segundo paréntesis, porque fue muy interesante una discusión que se dio entre las asambleas y las organizaciones de izquierda sectarias. Y fue la forma en cómo se votaba en la asamblea Interbarrial. En los primeros encuentros todos los participantes de la asamblea, votaban a mano alzada. Al problema de contar los votos en asambleas de 2.000 o 3.000 participantes, se le sumaba a la distorsión que fuimos detectando. Es que las organizaciones movilizaban a todos sus militantes y simpatizantes, para hacer votar sus consignas -sean miembros de una asamblea o no-, y así se empezó a desvirtuar la esencia del movimiento. Por ejemplo en la asamblea del 28 de enero, se votaron 54 propuestas y fueron aprobadas por mayoría 19. Y cada organización quería imponer su programa de solución para la crisis. Desde un grupo de 33 asambleas fuimos con la propuesta de “una asamblea un voto”, que se eligieran 2 delegados por asamblea (un orador y un voto) y una comisión de la Interbarrial para fiscalizar la existencia de las asambleas y evitar las asambleas “fantasmas”, que ya se infería que existían. La propuesta fue votada por absoluta mayoría, y al ver que un nutrido grupo de militantes de organizaciones querían romper la asamblea, los asambleístas cantábamos: “respeten los mandatos, basta de aparatos”.
Pero esas tendencias de aparatos no fueron derrotadas, en dos semanas las organizaciones “crearon” de la nada, varias asambleas. Se paraban militantes de una organización, en una esquina y fundaban la “Asamblea de Congreso”, y si ya existía le ponían de “Corrientes y Callao”. Entonces tenían su delegado y su voto. Pero esta maniobra, no era al movimiento asambleísta. Era al proceso abierto el 19 y 20, que poco a poco se estaba apagando, inmerso en sus contradicciones e impotencia, por estas y otras razones.
Fue sintomático lo que se dio, estrictamente en lo político, cuando las asambleas de conjunto correctamente rechazaron la trampa electoral, y siendo consecuentes imprimieron una boleta que decía: “Impugno mi voto QSVT -Que se Vayan Todos-, Por una democracia participativa y formas directas de gestión política. NO a los que arruinaron el país. Que se Vayan Todos y NO VUELVAN NUNCA MÁS 5. También era un voto programático, ya que en su reverso planteaba: No al Pago de la deuda Externa; No a las leyes de Obediencia debida y Punto final; por la soberanía, el pan y el trabajo, entre otros puntos. Las organizaciones de izquierda sectarias, teóricamente anti régimen y anti sistema, abandonaron las asambleas para dedicarse a contribuir con militantes, esfuerzo y dinero a la campaña electoral. Se presentaron 6 listas de la izquierda, que fueron todas castigadas sacando muy pocos votos.
Lo que faltó
Por todo lo que destituyeron en ese corto período, por la inmensa potencialidad desplegada en un principio, debemos detenernos un minuto para reflexionar en que fue lo que faltó, para que la rebelión insumisa pudiera plasmarse en propuestas alternativas que pudieran disputarle a la burguesía, realmente su poder.
Nos faltó tiempo. De Diciembre a Junio, ya las asambleas estaban decayendo. La Interbarrial había dejado de ser el lugar de centralización efectiva que la lógica de las organizaciones intentaron imponer, y ante la manipulación las asambleas para preservarse, se refugiaron en su territorios, se armaron regionales dónde las asambleas coordinaban y articulaban defensiva y ofensivamente acciones ante los conflictos.
Rápidamente se empezó a hacer la experiencia con las teorías autonomistas extremas, pero faltó el tiempo de elaborar otras nuevas, al calor de los acontecimientos. Porque el Estado existe, a pesar de que intentemos ignorarlo y pretender que, si nos construimos fuera de él, podemos flotar en un mar de “neutralidad anticapitalista”. El problema es que es imposible construirse fuera de él, sólo podemos hacerlo en sus márgenes, y tenemos que ser conscientes que seremos marginales si nos resignamos a ocupar sólo ese lugar.
Nos faltó una organización o movimiento o colectivo, una institución de nuevo tipo, que fuera parte, no externa al movimiento, que aportara, participando, colaborando, que fuera una más de todas las fuerzas que se auto organizaba en el proceso revolucionario. Que buscara la coordinación y la articulación, pero no como una táctica para imponer su hegemonía, sino como una forma desinteresada de sumar fuerzas, para acorralar al enemigo común. Que desde la construcción de poder popular, hiciera de cemento entre los movimientos de trabajadores desocupados, asambleas barriales, trabajadores de fábricas recuperas, etc., para que todos esos procesos avancen, sin intenciones de tutelarlos, sino aprendiendo de ellos y sacando conclusiones para que tengan expresión política en la búsqueda de construir una nueva hegemonía, para el cambio social, para disputar el poder.
¿Existe un legado?
Después del triunfo de la burguesía en recomponer su régimen, el reconstruir un país “serio” y “normal” como le gustaba decir a Néstor Kirchner, una vez que se logró desmantelar o disciplinar una parte importante de los movimientos sociales, cooptar a muchos de sus dirigentes o simplemente, ante la ausencia de algo mejor, recrear la democracia bajo otros parámetros, expropiando varias banderas levantadas en la primavera insumisa, ¿Qué es lo que quedó?
Así como es indiscutible que el legado para toda esta etapa de las organizaciones piqueteras es su forma de lucha, ya que no hay sector, sindical; estudiantil; vecinal; profesional o artístico que no recurra al corte de calles para hacer visible sus demandas, también la forma asamblea popular, como espacio de organización está instalado y se mantiene en distintos lugares y con distintas características sin perder su esencia.
Es verdad que su práctica, aunque presente en todo espacio de lucha, se trasladó del centro a la periferia o al interior. Es hoy en las decenas y decenas de asambleas populares, que se levantan a lo largo de todo el país en las luchas medioambientales, ante el avance indiscriminado de la frontera agrícola, el desastre ecológico de la explotación de las minas a cielo abierto, en la lucha por la defensa del agua, en dónde las encontramos como herramienta eficaz de organización y de lucha. La existencia de la UAC (Unión de Asambleas Ciudadanas) que nuclea a la mayoría de estas asambleas como la Asamblea el Algarrobo, que se denomina: “Asamblea de Vecinos que protegen los Recursos Naturales de su Territorio” en la provincia de Catamarca.
Quisiera terminar con una cita de un compañero de la Asamblea del Cid Campeador:
“El movimiento de asambleas, que alguna vez aterrorizó a la prensa conservadora (que temía la llegada de los “soviets”) y al presidente Duhalde (“no se puede gobernar con asambleas”, hoy agoniza. Quizás renazca, quizás mute en otra cosa, quizás desaparezca completamente. Tal vez el movimiento asambleario haya servido sólo para dejar planteado los problemas y las preguntas que otros, en el futuro, quizás lograrán responder. Si así hubiera sido, ha desempeñado un rol fundamental.”6
1 Moglia, Patricia y otros: “Pensar la historia. Argentina desde una historia de América Latina” – Ed. Plus Ultra – Bs.As. 1997. Página 106
2 VERA, Gustavo, “Las asambleas llegaron para quedarse”, Varios en: Qué son las asambleas populares, Ediciones Continente, Buenos Aires, Argentina, 2002, Páginas 109-116.
3 Los domingos a las 15 hs, se reunía la Interbarrial de Parque Centenario, dónde participaban todas las asambleas de Capital y Gran Bs. As.
4 Thwaites Rey, Mabel.”La autonomía como búsqueda, el Estado como contradicción”. Prometeo Editorial, 2004
5 La boleta fue producto de una discusión en el espacio Encuentro de Asambleas Barriales Autónomas.
Lo que faltó
6 Adamovsky, Ezequiel. El Movimiento asambleario en la Argentina: Balance de una experiencia. El Rodaballo, invierno del 2004.Pag. 20
sábado, 1 de octubre de 2011
jueves, 14 de julio de 2011
Informe Crítico de Paula Gómez (Profesorado de Historia)
Berlusconi y el voto de confianza
Introducción:
En el articulo periodístico adjunto del diario Clarín que ha sido publicado el pasado miércoles 22 de junio de 2011 podemos leer claramente que en Italia se está viviendo una gran crisis económica. En el presente trabajo analizaremos, desde la teoría, la problemática que está azotando al país. Para poder entrar en profundidad en el tema necesitamos aclarar algunos puntos, a saber, cuál es la situación que se vive en la península y los motivos por los cuales el Jefe de estado sigue recibiendo votos de confianza.
Uno de los factores a destacar es que el país logró convertirse en el más deudor de toda Europa, con una duda publica del 120% del PBI, y asi Brasil la desplaza como séptima economía del mundo.1
Como medida económica para relanzar la competitividad de las empresas y el desarrollo del sur, Berlusconi a través del voto de confianza aprobó una ley de Desarrollo por la cual se reducirán los impuestos a las empresas para los nuevos contratos en el sur y también beneficiara a las pymes que se instalen allí, consiguiendo asi la mayoría absoluta con 316 votos contra 293 de la oposición. Podemos notar que cuenta asi con la mayoría parlamentaria.
Como otro de los puntos a los que refiere el articulo son las disputas con otros partidos a lo que no mencionaremos ya que enriquece mucho más para nuestro análisis señalar las elecciones municipales de este año en las que Silvio Berlusconi ha sido derrotado por la oposición de centroizquierda que ha triunfado en las ciudades más importantes. Esta derrota, causa quizás de los escándalos que lo vinculan a prostitucion de menores de edad, abuso de poder, corrupción, no favorecen a su imagen y se pudo ver reflejado en las urnas.
Otro de los factores que destacaremos son la derrota sufrida en cuatro referendos los días 12 y 13 de junio, y las marchas que han llevado adelante miles de jóvenes desempleados.
Nos cabe preguntar cómo un primer ministro al cual el pueblo le está dando la espalda en las elecciones, protestando en su contra puede seguir en el poder hasta terminar su mandato en el año 2013, y sigue teniendo votos de confianza en el parlamento.
El parlamentarismo italiano.
El parlamentarismo es una forma de gobierno democrático en la que se interrelacionan el poder ejecutivo y el poder legislativo.
Este poder está dividido entre el Jefe de estado y el Jefe de gobierno.
El jefe de Estado representa a la república internacionalmente, se encarga de mantener la unidad del país, recibe el nombre de Presidente (Presidente del Consiglio dei ministri) y es elegido por el Parlamento por un periodo fijo. Actualmente ocupa este cargo desde el 2006 el Presidente Giorgio Napolitano.
El jefe de gobierno tiene a su cargo la dirección política y administrativa, recibe el nombre de Primer Ministro y es elegido de manera indirecta por el Parlamento (elegido a través de sufragio popular) y su mandato dura hasta que “dure la confianza”. La “confianza” consiste en el poder del Parlamento tanto para elegir al Jefe de gobierno como para destituirlo. Tal como dice Zelanic:
“Esto puede ocurrir básicamente de dos maneras: la primera es votando en contra de una cuestión de confianza planteada por el Primer Ministro, la segunda por medio de la aprobación de un voto de censura o no confianza (desconfianza) impulsado por los miembros del parlamento. (…) Resulta pues lógico que la duración del mandato del ejecutivo no este sujeto a plazo alguno”.2 Si se da el caso, el parlamento debe proponer y elegir un nuevo reemplazante.
Asi de la misma manera el Primer Ministro encuentra legitimidad en los “votos de confianza” donde el parlamento le brinda su apoyo.
El parlamento es elegido directamente por el pueblo. El primer ministro puede pedirle al Jefe de Estado la disolución del parlamento, que puede aceptar o no, en el caso de que asi sea, el Jefe de Estado deberá llamar a elecciones parlamentarias.
Berlusconi recibe entonces un voto de confianza que puede llegar a interpretarse de dos maneras: El Jefe de gobierno tiene mayoría en el congreso o bien, el parlamento no lo condena con un voto de censura o de no confianza porque no tiene un candidato que pueda cumplir con las funciones que él mismo está ejerciendo actualmente. Quizás ambas sean causas por las cuales él mismo asegura que terminará su mandato en 2013.
Locke sostiene que el gobierno debe estar integrado por un Jefe de Estado y el Parlamento. Postula que el hombre vive en estado de naturaleza en donde hay una injusticia social y no se respetan sus derechos. Entonces, el hombre cede ciertas libertades al Estado a cambio de protección, pero cuando el pueblo no se siente representado por el gobierno es el mismo pueblo quien puede sacarle el poder. Es interesante este planteo ya que el pueblo italiano a través de las elecciones, protestas, está demostrando que no siente que sus intereses y/o derechos están siendo representados tanto por el Primer Ministro, como por el Parlamento que evidentemente cuenta con mayoría a favor de Berlusconi.
Conclusión.
Como dice Weber el estado es una relación de dominación y que para subsistir necesita, que los dominados acaten la autoridad que pretenden tener quienes en ese momento dominan.
El sistema parlamentario italiano está regido por una pequeña oligarquía que defiende sus intereses y no escucha los clamados del pueblo. Por eso, es que Berlusconi con tan poco prestigio que tiene entre los ciudadanos sigue teniendo el apoyo del parlamento para reducir las categorías fiscales a empresas y asi darle una solución a una mala gestión de gobierno que ha llevado a un país del primer mundo al endeudamiento y a la inestabilidad política, a la que se ha llegado por muchos votos de confianza desde hace muchos años. No estoy criticando que se baje el importe fiscal a nuevas empresas y pymes lo cual contribuye al desarrollo de industrias y por ende nuevos puestos de trabajo, pero si el primer ministro tiene hoy en día sólo una legitimidad legal, el parlamento sigue el mismo camino. La legitimidad que el parlamento le da al primer ministro no es una legitimidad de los ciudadanos italianos que se han mostrado deseosos de ver fuera del gobierno a Berlusconi, por lo tanto el parlamento al seguir manteniendo al primer ministro italiano intacto en su poder después de 17 años aun siendo minoría en el país constituye una calamidad mayor a la que él mismo declara que ocurrirá si su gobierno cae.
Si el parlamento no puede entonces encontrar un jefe de gobierno que reemplace a Berlusconi entonces no estarían cumpliendo su tarea de representar los intereses de los ciudadanos, por tanto deberían ser reemplazados por alguien que si los represente.
1 http://www.infolatam.com/2011/04/26/brasil-desplaza-a-italia-como-septima-economia-del-mundo/
2 Zelaznik Javier. Version modificada de un articulo anterior escrito con Hipolito Orlandi. Universidad de Buenos Aires. CONICET. Capitulo 5. p.258.
Introducción:
En el articulo periodístico adjunto del diario Clarín que ha sido publicado el pasado miércoles 22 de junio de 2011 podemos leer claramente que en Italia se está viviendo una gran crisis económica. En el presente trabajo analizaremos, desde la teoría, la problemática que está azotando al país. Para poder entrar en profundidad en el tema necesitamos aclarar algunos puntos, a saber, cuál es la situación que se vive en la península y los motivos por los cuales el Jefe de estado sigue recibiendo votos de confianza.
Uno de los factores a destacar es que el país logró convertirse en el más deudor de toda Europa, con una duda publica del 120% del PBI, y asi Brasil la desplaza como séptima economía del mundo.1
Como medida económica para relanzar la competitividad de las empresas y el desarrollo del sur, Berlusconi a través del voto de confianza aprobó una ley de Desarrollo por la cual se reducirán los impuestos a las empresas para los nuevos contratos en el sur y también beneficiara a las pymes que se instalen allí, consiguiendo asi la mayoría absoluta con 316 votos contra 293 de la oposición. Podemos notar que cuenta asi con la mayoría parlamentaria.
Como otro de los puntos a los que refiere el articulo son las disputas con otros partidos a lo que no mencionaremos ya que enriquece mucho más para nuestro análisis señalar las elecciones municipales de este año en las que Silvio Berlusconi ha sido derrotado por la oposición de centroizquierda que ha triunfado en las ciudades más importantes. Esta derrota, causa quizás de los escándalos que lo vinculan a prostitucion de menores de edad, abuso de poder, corrupción, no favorecen a su imagen y se pudo ver reflejado en las urnas.
Otro de los factores que destacaremos son la derrota sufrida en cuatro referendos los días 12 y 13 de junio, y las marchas que han llevado adelante miles de jóvenes desempleados.
Nos cabe preguntar cómo un primer ministro al cual el pueblo le está dando la espalda en las elecciones, protestando en su contra puede seguir en el poder hasta terminar su mandato en el año 2013, y sigue teniendo votos de confianza en el parlamento.
El parlamentarismo italiano.
El parlamentarismo es una forma de gobierno democrático en la que se interrelacionan el poder ejecutivo y el poder legislativo.
Este poder está dividido entre el Jefe de estado y el Jefe de gobierno.
El jefe de Estado representa a la república internacionalmente, se encarga de mantener la unidad del país, recibe el nombre de Presidente (Presidente del Consiglio dei ministri) y es elegido por el Parlamento por un periodo fijo. Actualmente ocupa este cargo desde el 2006 el Presidente Giorgio Napolitano.
El jefe de gobierno tiene a su cargo la dirección política y administrativa, recibe el nombre de Primer Ministro y es elegido de manera indirecta por el Parlamento (elegido a través de sufragio popular) y su mandato dura hasta que “dure la confianza”. La “confianza” consiste en el poder del Parlamento tanto para elegir al Jefe de gobierno como para destituirlo. Tal como dice Zelanic:
“Esto puede ocurrir básicamente de dos maneras: la primera es votando en contra de una cuestión de confianza planteada por el Primer Ministro, la segunda por medio de la aprobación de un voto de censura o no confianza (desconfianza) impulsado por los miembros del parlamento. (…) Resulta pues lógico que la duración del mandato del ejecutivo no este sujeto a plazo alguno”.2 Si se da el caso, el parlamento debe proponer y elegir un nuevo reemplazante.
Asi de la misma manera el Primer Ministro encuentra legitimidad en los “votos de confianza” donde el parlamento le brinda su apoyo.
El parlamento es elegido directamente por el pueblo. El primer ministro puede pedirle al Jefe de Estado la disolución del parlamento, que puede aceptar o no, en el caso de que asi sea, el Jefe de Estado deberá llamar a elecciones parlamentarias.
Berlusconi recibe entonces un voto de confianza que puede llegar a interpretarse de dos maneras: El Jefe de gobierno tiene mayoría en el congreso o bien, el parlamento no lo condena con un voto de censura o de no confianza porque no tiene un candidato que pueda cumplir con las funciones que él mismo está ejerciendo actualmente. Quizás ambas sean causas por las cuales él mismo asegura que terminará su mandato en 2013.
Locke sostiene que el gobierno debe estar integrado por un Jefe de Estado y el Parlamento. Postula que el hombre vive en estado de naturaleza en donde hay una injusticia social y no se respetan sus derechos. Entonces, el hombre cede ciertas libertades al Estado a cambio de protección, pero cuando el pueblo no se siente representado por el gobierno es el mismo pueblo quien puede sacarle el poder. Es interesante este planteo ya que el pueblo italiano a través de las elecciones, protestas, está demostrando que no siente que sus intereses y/o derechos están siendo representados tanto por el Primer Ministro, como por el Parlamento que evidentemente cuenta con mayoría a favor de Berlusconi.
Conclusión.
Como dice Weber el estado es una relación de dominación y que para subsistir necesita, que los dominados acaten la autoridad que pretenden tener quienes en ese momento dominan.
El sistema parlamentario italiano está regido por una pequeña oligarquía que defiende sus intereses y no escucha los clamados del pueblo. Por eso, es que Berlusconi con tan poco prestigio que tiene entre los ciudadanos sigue teniendo el apoyo del parlamento para reducir las categorías fiscales a empresas y asi darle una solución a una mala gestión de gobierno que ha llevado a un país del primer mundo al endeudamiento y a la inestabilidad política, a la que se ha llegado por muchos votos de confianza desde hace muchos años. No estoy criticando que se baje el importe fiscal a nuevas empresas y pymes lo cual contribuye al desarrollo de industrias y por ende nuevos puestos de trabajo, pero si el primer ministro tiene hoy en día sólo una legitimidad legal, el parlamento sigue el mismo camino. La legitimidad que el parlamento le da al primer ministro no es una legitimidad de los ciudadanos italianos que se han mostrado deseosos de ver fuera del gobierno a Berlusconi, por lo tanto el parlamento al seguir manteniendo al primer ministro italiano intacto en su poder después de 17 años aun siendo minoría en el país constituye una calamidad mayor a la que él mismo declara que ocurrirá si su gobierno cae.
Si el parlamento no puede entonces encontrar un jefe de gobierno que reemplace a Berlusconi entonces no estarían cumpliendo su tarea de representar los intereses de los ciudadanos, por tanto deberían ser reemplazados por alguien que si los represente.
1 http://www.infolatam.com/2011/04/26/brasil-desplaza-a-italia-como-septima-economia-del-mundo/
2 Zelaznik Javier. Version modificada de un articulo anterior escrito con Hipolito Orlandi. Universidad de Buenos Aires. CONICET. Capitulo 5. p.258.
miércoles, 13 de julio de 2011
Informe Crítico de Sergio Barrera (Profesorado de Historia)
Indignados españoles
¿La democracia cuestionada?
Varias plazas españolas se llenaron durante el mes de mayo del corriente año de miles de personas indignadas con el sistema político, la crisis económica y sus responsables: los banqueros y empresarios de las multinacionales que se enriquecieron a costa del desempleo y la pérdida de conquistas históricas del estado de bienestar español. ¿Explosión de bronca pasajera, rebeldía posmoderna anti sistémica o fuerte crítica al régimen político español?
Los Indignados ganan las plazas
Los acampantes de la Puerta del Sol de Madrid y de otras 150 plazas de España, no aparecieron como un rayo en cielo estrellado. Frente a la apariencia de espontaneidad, en realidad se escondía una fuerte actividad en las redes sociales desde hacía varios meses y que tenía en realidad su génesis en los movimientos contra la participación española en la guerra de Irak, bajo el gobierno del Partido Popular de José María Aznar (2003). Recordemos que a pesar de estar el 90% de los españoles en contra de la participación y con 8 millones de movilizados, el gobierno igual ordenó el envío de tropas.
Pero la crisis económica que estalló en el 2008 y sus consecuencias, hizo que decenas de miles de jóvenes hicieran suyo el llamamiento del resistente francés Stephane Hessel en su libro ¡Indígnate!, un llamado a la resistencia al capitalismo financiero y a la domesticación mediática.
Esta crisis, golpeó fundamentalmente a los más jóvenes dónde el desempleo llega al 43% y a toda la población, que sufre las calamidades sociales causadas por los planes de austeridad impuestos por un gobierno socialista a las órdenes de los mercados financieros.
¡Democracia Real Ya!
Los carteles de la puerta del Sol son elocuentes y no dejan lugar a dudas sobre la reacción ante el golpe económico: “No es una crisis, es una estafa”, “Banqueros culpables”, “Me sobra el mes al final del sueldo” y “No somos antisistema. El sistema es antinosotros”.
Pero también, y sobre todo, existe una crítica profunda a las perversiones de la democracia española: “La llaman democracia y no lo es”, “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, “Cada cuatro años elegimos a quién financiar. No les votes” y “Nuestros sueños no caben en sus urnas”. Y también una ácida crítica al régimen bipartidista de los partidos mayoritarios que aplican las mismas recetas económicas: “PP y PSOE, lo mismo es”.
El movimiento no va contra el sistema democrático como tal, sino contra las deformaciones del mismo, contra una falsa democracia surgida de las entrañas del franquismo, tutelada por formas monárquicas, formal e hipócrita. Cruel sistema, que cuando estalla la crisis desatada por el stablishmen inmobiliario, especulador y financiero, no duda en volcarlo sobre los hombros de todo el pueblo.
La indignación creció cuando el sistema político (con el acompañamiento del poder sindical) empezó a votar en el parlamento, medidas que provocaron el despido de trabajadores, a reducir los salarios, recortar los derechos laborales, congelar las pensiones y aumentar la edad requerida para jubilarse, disminuir el empleo público, recortar los presupuestos de salud y educación, privatizar empresas y programas gubernamentales y paradójicamente, a reducir los impuestos a las grandes fortunas y a las grandes empresas con el re manido discurso de que inviertan ese dinero en la producción.
Los jóvenes españoles, son apartidarios, pero no apolíticos. Es un movimiento horizontal, tenía portavoces pero carecía de líderes. Y éste no era un defecto no deseado sino un objetivo conscientemente buscado. Su funcionamiento estaba basado en asambleas diarias, dónde se llevan las propuestas que se presentaban en las mesas. La composición esencialmente de jóvenes, era muy heterogénea y se fue ampliando a medida que pasaban los días con estudiantes universitarios, profesores, profesionales, trabajadores con empleo y sin empleo, precarios, jubilados, etc.
Participaron militantes de juventudes anarquistas, comunistas, antiglobalización y de oenegés ambientalistas, pero también las juventudes de los partidos mayoritarios desencantadas.
Un programa contra el régimen político
Movimiento heterogéneo, pero con un mensaje claro. Sus comunicados eran claros y concluyentes respecto a la exigencia en cuestiones claves de la democracia española: cambios de la Ley Electoral (la obtención de escaños debe ser proporcional al número de votos, obligatoriedad de listas libres de imputados por corrupción); derecho a una vivienda digna y reforma de la Ley Hipotecaria para que la entrega de la vivienda en caso de impago cancele la deuda, reforma fiscal favorable a las rentas más bajas; nacionalización de aquellas entidades financieras rescatadas por el Estado; desvinculación verdadera de la Iglesia y el Estado; reforma de la Constitución, etc. Y aclaran para evitar manipulaciones:
“Nuestro movimiento nunca ha pedido la abstención, ni el voto nulo ni el voto para ningún partido. ¡Democracia Real Ya! Promueve que la gente se informe y que decida por sí misma a quién entregar su voto según su ideología. Nuestro objetivo es mejorar el sistema electoral actual, pero hasta que ese modelo cambie creemos que cada persona debe participar como mejor le parezca…”1
Es decir, la novedad de estas protestas para la clase dirigente española es que se expresa por fuera de las estructuras tradicionales, partidarias o sindicales.
Del demos a la democracia representativa
Muchos siglos nos separan de la democracia creada en la Grecia clásica en el siglo V a C. Esta forma de gobierno que experimentó la polis griega, esencialmente en Atenas es el ejemplo más representativo que tenemos, entendida como “el gobierno del pueblo”.
Es que en Grecia funcionaba como una actividad colectiva, absolutamente soberana, que era capaz de auto instituirse o sea partiendo de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, el demos se rige por sus propias leyes, posee su jurisdicción independiente y se gobierna él mismo. Todos los ciudadanos tienen la posibilidad de ocupar los cargos electivos o de ser jueces, por votación o por sorteo y sin posibilidad de reelección.
Sobre el sustrato de una sociedad de clases, este sistema funcionaba en comunidades relativamente pequeñas y compactas, a medida que fue aumentando la escala el sistema se fue complejizando y necesariamente aparecieron formas representativas indirectas, que inauguran la tradición republicana y la teoría democrática.
Ya en el siglo XVI con Maquiavelo aparece la creación del campo político autónomo, separado de la religión, con entidad y características propias y “La preocupación central del republicanismo es la búsqueda de mecanismos que eviten la posibilidad de la corrupción de los liderazgos y como consecuencia directa de ello, la corrupción de la virtud cívica”2
Así surge la preocupación central de elaborar una Constitución y con ella un diseño institucional, que esté dirigido en primer lugar a equilibrar los intereses de las distintas facciones y grupos que surgen al interior de lo social. Surgirán dos tipos de republicanismo uno más acotado, el aristocrático, donde a pesar de la existencia del principio de soberanía popular, la participación del pueblo no es gobernar sino elegir a los gobernantes, y otro más democrático, con división de las tres ramas de poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, su separación constitucional e institucional.
En el siglo XVII, la democracia moderna será democracia liberal, la preocupación central será limitar el poder de la autoridad, dejar espacio al individuo y proteger al ciudadano y sus libertades frente al poder del Estado. Con el liberalismo aparece el gobierno representativo, incorporando un elemento no democrático como es precisamente la representación. Dentro del corpus teórico, se defiende además del Estado de derecho, las libertades individuales, el derecho a la propiedad y la economía de mercado. Con todos estos elementos y esta nueva dimensión de la política la democracia deja de ser directa como se conocía del modelo griego y se transforma en democracia representativa.
La democracia “realmente existente” cuestionada
Los ideales democráticos de protagonismo político individual; centralidad del ciudadano en el sistema político; la representación de los intereses del pueblo y no de facciones ni grupos; el gobierno real del pueblo; la visibilidad del poder y los mecanismos de decisiones y la profundización democrática y extensión de la participación, en la actualidad están muy devaluados.
“En contraste con la realidad, lo que caracteriza a la democracia, en lugar de estos “ideales”, es: el protagonismo de grupos y actores colectivos; la representación de intereses sectoriales; la limitación de la participación aun número reducido de liderazgos y grupos; la limitación de la democracia a los mecanismos institucionales de decisiones políticas y la persistencia de grandes centros de poder no democratizados como la empresa y la burocracia; la subsistencia de mecanismos invisibles de toma de decisiones, la apatía y el desinterés.”3
En la actualidad el sistema llamado democrático se parece cada vez más a un gobierno de los ricos y cada vez menos a un gobierno del pueblo. ¿Qué gobierno verdaderamente popular legislaría contra sus propios intereses? Los pueblos no eligen a sus gobiernos, para que éstos los ofrezcan indefensos a la ley de la ganancia a cualquier precio y a la especulación de los mercados. Una cosa es evidente, cada vez más a los pobres se los llama y manipula para votar, pero cada vez menos para gobernar. Y esto es así, porque el poder, el verdadero poder, ya no se encuentra en la superestructura política del Estado, sino en el poder económico, que en nuestra época de mundialización liberal, es el Mercado por excelencia.
¿Existe otra posibilidad de democracia?
En la actualidad, en el preciso momento que votamos estamos renunciando a una parte muy importante de nuestros derechos políticos. La delegación, es el mecanismo sobre el que se monta todo el sistema democrático representativo. Mantiene el fetichismo de la “soberanía popular”, constantemente violada por los que prometen una cosa en campaña y hacen otra en el poder, manteniendo bien lejos, en las alturas las tomas de decisiones. Los pueblos son llamados a votar cada un período determinado de años y a lo sumo movilizados para apoyar decisiones tomadas por unos pocos.
No deberíamos resignarnos a que esta es la última forma de democracia posible, como ya hemos visto la democracia también es un producto histórico, hecho por los hombres, y por lo tanto perfectible. En la medida que como democracia sólo consideremos a las instituciones llamadas partidos, Parlamento y gobiernos, quiénes son cada vez más refugio del poder económico nacional y mundial, la calidad de vida democrática seguirá retrocediendo.
Una democracia que no se autocritica, se condena a la parálisis y a retroceder, manteniendo embalajes políticamente correctos, con un contenido que los niega y condiciona. Si seguimos defendiendo acríticamente esta forma de democracia, no nos permitimos pensar en otra mejor.
En forma urgente debemos pensar mecanismos que se centren en la participación directa en las decisiones de los pueblos, mecanismos de control popular, la posibilidad de remoción de los funcionarios políticos, establecer la imposibilidad de renovación y reelección de mandatos, la elección popular de los jueces, la consulta popular y todas las medidas que permitan una democracia participativa y directa que no sea formal.
El despertar de los pueblos árabes movilizándose y luchando por democracia y derechos políticos después de décadas con regímenes totalitarios; las movilizaciones y acampes con origen y epicentro en España, pero que recorrieron toda Europa, en un momento de profunda crisis del sistema económico de la UE, y los procesos que se están dando en Latinoamérica en los últimos años pueden ser una oportunidad para ampliar y recuperar los derechos democráticos perdidos.
1 Comunicado del día 22 de mayo del acampe en Puerta del Sol en, Vázquez de Prada, Rodrigo.”Democracia Real Ya!”.Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, nº 144, junio 2011, pp. 12-13.
2 Respuela, Sofía. “La Democracia: Una discusión en torno de sus significados”, Capítulo 6 en Introducción a la ciencia política. Buenos Aires, EUDEBA, 2003.p.284
3 Ibídem p.288-289
Fuentes:
Vázquez de Prada, Rodrigo.”Democracia Real Ya!”.Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, nº 144, junio 2011, pp. 12-13.
Guisoni, Oscar.”Estalla en las plazas la primavera española”. Página 12, Buenos Aires, 22/5/2011, pp. 24-25
Respuela, Sofía. “La Democracia: Una discusión en torno de sus significados”, Capítulo 6 en Introducción a la ciencia política. Buenos Aires, EUDEBA, 2003.p.284
¿La democracia cuestionada?
Varias plazas españolas se llenaron durante el mes de mayo del corriente año de miles de personas indignadas con el sistema político, la crisis económica y sus responsables: los banqueros y empresarios de las multinacionales que se enriquecieron a costa del desempleo y la pérdida de conquistas históricas del estado de bienestar español. ¿Explosión de bronca pasajera, rebeldía posmoderna anti sistémica o fuerte crítica al régimen político español?
Los Indignados ganan las plazas
Los acampantes de la Puerta del Sol de Madrid y de otras 150 plazas de España, no aparecieron como un rayo en cielo estrellado. Frente a la apariencia de espontaneidad, en realidad se escondía una fuerte actividad en las redes sociales desde hacía varios meses y que tenía en realidad su génesis en los movimientos contra la participación española en la guerra de Irak, bajo el gobierno del Partido Popular de José María Aznar (2003). Recordemos que a pesar de estar el 90% de los españoles en contra de la participación y con 8 millones de movilizados, el gobierno igual ordenó el envío de tropas.
Pero la crisis económica que estalló en el 2008 y sus consecuencias, hizo que decenas de miles de jóvenes hicieran suyo el llamamiento del resistente francés Stephane Hessel en su libro ¡Indígnate!, un llamado a la resistencia al capitalismo financiero y a la domesticación mediática.
Esta crisis, golpeó fundamentalmente a los más jóvenes dónde el desempleo llega al 43% y a toda la población, que sufre las calamidades sociales causadas por los planes de austeridad impuestos por un gobierno socialista a las órdenes de los mercados financieros.
¡Democracia Real Ya!
Los carteles de la puerta del Sol son elocuentes y no dejan lugar a dudas sobre la reacción ante el golpe económico: “No es una crisis, es una estafa”, “Banqueros culpables”, “Me sobra el mes al final del sueldo” y “No somos antisistema. El sistema es antinosotros”.
Pero también, y sobre todo, existe una crítica profunda a las perversiones de la democracia española: “La llaman democracia y no lo es”, “No somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, “Cada cuatro años elegimos a quién financiar. No les votes” y “Nuestros sueños no caben en sus urnas”. Y también una ácida crítica al régimen bipartidista de los partidos mayoritarios que aplican las mismas recetas económicas: “PP y PSOE, lo mismo es”.
El movimiento no va contra el sistema democrático como tal, sino contra las deformaciones del mismo, contra una falsa democracia surgida de las entrañas del franquismo, tutelada por formas monárquicas, formal e hipócrita. Cruel sistema, que cuando estalla la crisis desatada por el stablishmen inmobiliario, especulador y financiero, no duda en volcarlo sobre los hombros de todo el pueblo.
La indignación creció cuando el sistema político (con el acompañamiento del poder sindical) empezó a votar en el parlamento, medidas que provocaron el despido de trabajadores, a reducir los salarios, recortar los derechos laborales, congelar las pensiones y aumentar la edad requerida para jubilarse, disminuir el empleo público, recortar los presupuestos de salud y educación, privatizar empresas y programas gubernamentales y paradójicamente, a reducir los impuestos a las grandes fortunas y a las grandes empresas con el re manido discurso de que inviertan ese dinero en la producción.
Los jóvenes españoles, son apartidarios, pero no apolíticos. Es un movimiento horizontal, tenía portavoces pero carecía de líderes. Y éste no era un defecto no deseado sino un objetivo conscientemente buscado. Su funcionamiento estaba basado en asambleas diarias, dónde se llevan las propuestas que se presentaban en las mesas. La composición esencialmente de jóvenes, era muy heterogénea y se fue ampliando a medida que pasaban los días con estudiantes universitarios, profesores, profesionales, trabajadores con empleo y sin empleo, precarios, jubilados, etc.
Participaron militantes de juventudes anarquistas, comunistas, antiglobalización y de oenegés ambientalistas, pero también las juventudes de los partidos mayoritarios desencantadas.
Un programa contra el régimen político
Movimiento heterogéneo, pero con un mensaje claro. Sus comunicados eran claros y concluyentes respecto a la exigencia en cuestiones claves de la democracia española: cambios de la Ley Electoral (la obtención de escaños debe ser proporcional al número de votos, obligatoriedad de listas libres de imputados por corrupción); derecho a una vivienda digna y reforma de la Ley Hipotecaria para que la entrega de la vivienda en caso de impago cancele la deuda, reforma fiscal favorable a las rentas más bajas; nacionalización de aquellas entidades financieras rescatadas por el Estado; desvinculación verdadera de la Iglesia y el Estado; reforma de la Constitución, etc. Y aclaran para evitar manipulaciones:
“Nuestro movimiento nunca ha pedido la abstención, ni el voto nulo ni el voto para ningún partido. ¡Democracia Real Ya! Promueve que la gente se informe y que decida por sí misma a quién entregar su voto según su ideología. Nuestro objetivo es mejorar el sistema electoral actual, pero hasta que ese modelo cambie creemos que cada persona debe participar como mejor le parezca…”1
Es decir, la novedad de estas protestas para la clase dirigente española es que se expresa por fuera de las estructuras tradicionales, partidarias o sindicales.
Del demos a la democracia representativa
Muchos siglos nos separan de la democracia creada en la Grecia clásica en el siglo V a C. Esta forma de gobierno que experimentó la polis griega, esencialmente en Atenas es el ejemplo más representativo que tenemos, entendida como “el gobierno del pueblo”.
Es que en Grecia funcionaba como una actividad colectiva, absolutamente soberana, que era capaz de auto instituirse o sea partiendo de la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, el demos se rige por sus propias leyes, posee su jurisdicción independiente y se gobierna él mismo. Todos los ciudadanos tienen la posibilidad de ocupar los cargos electivos o de ser jueces, por votación o por sorteo y sin posibilidad de reelección.
Sobre el sustrato de una sociedad de clases, este sistema funcionaba en comunidades relativamente pequeñas y compactas, a medida que fue aumentando la escala el sistema se fue complejizando y necesariamente aparecieron formas representativas indirectas, que inauguran la tradición republicana y la teoría democrática.
Ya en el siglo XVI con Maquiavelo aparece la creación del campo político autónomo, separado de la religión, con entidad y características propias y “La preocupación central del republicanismo es la búsqueda de mecanismos que eviten la posibilidad de la corrupción de los liderazgos y como consecuencia directa de ello, la corrupción de la virtud cívica”2
Así surge la preocupación central de elaborar una Constitución y con ella un diseño institucional, que esté dirigido en primer lugar a equilibrar los intereses de las distintas facciones y grupos que surgen al interior de lo social. Surgirán dos tipos de republicanismo uno más acotado, el aristocrático, donde a pesar de la existencia del principio de soberanía popular, la participación del pueblo no es gobernar sino elegir a los gobernantes, y otro más democrático, con división de las tres ramas de poderes: el legislativo, el ejecutivo y el judicial, su separación constitucional e institucional.
En el siglo XVII, la democracia moderna será democracia liberal, la preocupación central será limitar el poder de la autoridad, dejar espacio al individuo y proteger al ciudadano y sus libertades frente al poder del Estado. Con el liberalismo aparece el gobierno representativo, incorporando un elemento no democrático como es precisamente la representación. Dentro del corpus teórico, se defiende además del Estado de derecho, las libertades individuales, el derecho a la propiedad y la economía de mercado. Con todos estos elementos y esta nueva dimensión de la política la democracia deja de ser directa como se conocía del modelo griego y se transforma en democracia representativa.
La democracia “realmente existente” cuestionada
Los ideales democráticos de protagonismo político individual; centralidad del ciudadano en el sistema político; la representación de los intereses del pueblo y no de facciones ni grupos; el gobierno real del pueblo; la visibilidad del poder y los mecanismos de decisiones y la profundización democrática y extensión de la participación, en la actualidad están muy devaluados.
“En contraste con la realidad, lo que caracteriza a la democracia, en lugar de estos “ideales”, es: el protagonismo de grupos y actores colectivos; la representación de intereses sectoriales; la limitación de la participación aun número reducido de liderazgos y grupos; la limitación de la democracia a los mecanismos institucionales de decisiones políticas y la persistencia de grandes centros de poder no democratizados como la empresa y la burocracia; la subsistencia de mecanismos invisibles de toma de decisiones, la apatía y el desinterés.”3
En la actualidad el sistema llamado democrático se parece cada vez más a un gobierno de los ricos y cada vez menos a un gobierno del pueblo. ¿Qué gobierno verdaderamente popular legislaría contra sus propios intereses? Los pueblos no eligen a sus gobiernos, para que éstos los ofrezcan indefensos a la ley de la ganancia a cualquier precio y a la especulación de los mercados. Una cosa es evidente, cada vez más a los pobres se los llama y manipula para votar, pero cada vez menos para gobernar. Y esto es así, porque el poder, el verdadero poder, ya no se encuentra en la superestructura política del Estado, sino en el poder económico, que en nuestra época de mundialización liberal, es el Mercado por excelencia.
¿Existe otra posibilidad de democracia?
En la actualidad, en el preciso momento que votamos estamos renunciando a una parte muy importante de nuestros derechos políticos. La delegación, es el mecanismo sobre el que se monta todo el sistema democrático representativo. Mantiene el fetichismo de la “soberanía popular”, constantemente violada por los que prometen una cosa en campaña y hacen otra en el poder, manteniendo bien lejos, en las alturas las tomas de decisiones. Los pueblos son llamados a votar cada un período determinado de años y a lo sumo movilizados para apoyar decisiones tomadas por unos pocos.
No deberíamos resignarnos a que esta es la última forma de democracia posible, como ya hemos visto la democracia también es un producto histórico, hecho por los hombres, y por lo tanto perfectible. En la medida que como democracia sólo consideremos a las instituciones llamadas partidos, Parlamento y gobiernos, quiénes son cada vez más refugio del poder económico nacional y mundial, la calidad de vida democrática seguirá retrocediendo.
Una democracia que no se autocritica, se condena a la parálisis y a retroceder, manteniendo embalajes políticamente correctos, con un contenido que los niega y condiciona. Si seguimos defendiendo acríticamente esta forma de democracia, no nos permitimos pensar en otra mejor.
En forma urgente debemos pensar mecanismos que se centren en la participación directa en las decisiones de los pueblos, mecanismos de control popular, la posibilidad de remoción de los funcionarios políticos, establecer la imposibilidad de renovación y reelección de mandatos, la elección popular de los jueces, la consulta popular y todas las medidas que permitan una democracia participativa y directa que no sea formal.
El despertar de los pueblos árabes movilizándose y luchando por democracia y derechos políticos después de décadas con regímenes totalitarios; las movilizaciones y acampes con origen y epicentro en España, pero que recorrieron toda Europa, en un momento de profunda crisis del sistema económico de la UE, y los procesos que se están dando en Latinoamérica en los últimos años pueden ser una oportunidad para ampliar y recuperar los derechos democráticos perdidos.
1 Comunicado del día 22 de mayo del acampe en Puerta del Sol en, Vázquez de Prada, Rodrigo.”Democracia Real Ya!”.Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, nº 144, junio 2011, pp. 12-13.
2 Respuela, Sofía. “La Democracia: Una discusión en torno de sus significados”, Capítulo 6 en Introducción a la ciencia política. Buenos Aires, EUDEBA, 2003.p.284
3 Ibídem p.288-289
Fuentes:
Vázquez de Prada, Rodrigo.”Democracia Real Ya!”.Le Monde Diplomatique, Buenos Aires, nº 144, junio 2011, pp. 12-13.
Guisoni, Oscar.”Estalla en las plazas la primavera española”. Página 12, Buenos Aires, 22/5/2011, pp. 24-25
Respuela, Sofía. “La Democracia: Una discusión en torno de sus significados”, Capítulo 6 en Introducción a la ciencia política. Buenos Aires, EUDEBA, 2003.p.284
domingo, 12 de junio de 2011
Artículos sobre la moción de censura en el sistema parlamentario español
ANÁLISIS | La votación refleja la extrema debilidad del Gobierno
Moción de censura destructiva
José Luis Rodríguez Zapatero y Elena Salgado, durante el debate.Lucía Méndez | Madrid
Actualizado jueves 27/05/2010 13:46 horas
Los ojos de Elena Salgado y la mandíbula de Zapatero lo decían todo. La vicepresidenta no es una mujer que deje traslucir sus emociones. Pero cuando subió a la tribuna apenas podía abrir los ojos, como si no hubiera dormido o como si hubiera estado llorando mucho. Y la mandíbula del presidente con la tensión contenida, sin despegar los labios. El PP creía que Zapatero iba a intervenir, pero sólo podía haberlo hecho para echarse a llorar, después de haber escuchado a los portavoces decirle que su tiempo se ha acabado.Porque durante toda la semana los portavoces de los grupos parlamentarios no han estado hablando del decreto. O no sólo del decreto. De lo que han estado hablando es de la posibilidad real de tumbar o no al Gobierno. Eso, si caía o no el Gobierno, y no el futuro del país, es lo que estaba en juego en una votación que durante los segundos que duró tuvo la emoción de los penaltis en una final de
La sesión del Congreso fue una moción de censura destructiva contra el presidente del Gobierno.
Arriesgaba poco. Raro sería que Merkel y Sarkozy, con los problemas que tienen, vayan a llamar al líder del PP para echarle la bronca. Tendrá que aguantar algunas críticas sobre su falta de responsabilidad. Pero ¿qué son esas críticas comparado con el gustazo de decir no, no, y no a Zapatero? Él sabe que no tiene votos para una moción de censura constructiva que alumbre un Gobierno nuevo. Por eso optó por la destructiva, aprovechando además la capacidad de autodestrucción que ha acreditado Zapatero.
Tras el pleno, sabemos que el Gobierno está dando bocanadas, que es CiU quien le ha salvado de la quema y que seguramente en manos de Duran puede estar la fecha de las elecciones generales, porque no las quería antes de las catalanas.
Zapatero no tiene quién le apoye los Presupuestos, por lo que se puede repetir
Cuando Elena Salgado salió del pleno seguía sin poder abrir los ojos. Y los espectadores salieron sin saber qué será del país. Con un Gobierno en situación de extrema debilidad y una oposición dispuesta a destruir, pero no a construir
Noticias de España
Rajoy dice que una moción de censura a Zapatero sería 'buen marco' para presentar alternativas, pero aún no la contempla
Reprocha a López Aguilar que permanezca callado mientras los gobernantes vascos "coaccionan" a sus jueces con manifestaciones
MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró esta tarde que, "en este momento" se considera "más alternativa que oposición" al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y, tras recibir varias preguntas al respecto, admitió que el contexto de una moción de censura podría resultar "buen marco" para defender sus propuestas. No obstante, puntualizó que no es una posibilidad que contemple por el momento.
"Es verdad que la moción es fundamentalmente constructiva y que produce un efecto jurídico cuando el que la presenta consigue votos suficientes para cambiar al Gobierno. Es evidente que, dada la composición dela Cámara , no parece que haya muchas posibilidades de que el PP pueda sumar 176 escaños. Es verdad que aunque esto no sea así, puede ser un buen instrumento para presentar la alternativa, porque con la moción de censura quien se examina es la oposición y, desde ese punto de vista, para presentar una alternativa puede ser un buen marco y una buena posibilidad", reconoció.
Durante su intervención en el Foro ABC, señaló que sería "mucho más lógico" que el presidente Zapatero compareciera en el Parlamento y explicase a los ciudadanos qué es lo que se va a hacer, dado que "no hay agenda política y sí una desorientación muy preocupante en política interior y exterior". "A lo mejor, el presidente si estaba en la obligación de plantear algo a los españoles", estableció.
Rajoy especificó que no se ha estudiado en el seno dela Ejecutiva Popular la vía de la moción de censura y, tras finalizar su intervención pública, dijo en conversación informal con periodistas que actualmente no contempla la opción de la moción de censura
El presidente del PP, Mariano Rajoy, aseguró esta tarde que, "en este momento" se considera "más alternativa que oposición" al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y, tras recibir varias preguntas al respecto, admitió que el contexto de una moción de censura podría resultar "buen marco" para defender sus propuestas. No obstante, puntualizó que no es una posibilidad que contemple por el momento.
"Es verdad que la moción es fundamentalmente constructiva y que produce un efecto jurídico cuando el que la presenta consigue votos suficientes para cambiar al Gobierno. Es evidente que, dada la composición de
Durante su intervención en el Foro ABC, señaló que sería "mucho más lógico" que el presidente Zapatero compareciera en el Parlamento y explicase a los ciudadanos qué es lo que se va a hacer, dado que "no hay agenda política y sí una desorientación muy preocupante en política interior y exterior". "A lo mejor, el presidente si estaba en la obligación de plantear algo a los españoles", estableció.
Rajoy especificó que no se ha estudiado en el seno de
En el ordenamiento jurídico español, la moción de censura es un procedimiento
Por German Yanke
8-1-2007 14:54:32
En el ordenamiento jurídico español, la moción de censura es un procedimiento complejo. Inspirado en el modelo alemán, se constituye como «moción de censura constructiva», es decir, no solamente se trata de censurar al presidente del Gobierno -el procedimiento no afecta a los ministros-, sino de proponer en el mismo acto un candidato alternativo con el objetivo declarado de no dar lugar, en el caso de que fuera aprobada, a un vacío de poder. Se convierte así, teóricamente, en un doble examen: a la gestión del presidente que se pretende censurar y al programa del candidato que, de salir adelante, le sustituiría. Además, cabe la posibilidad de presentar mociones alternativas (y, con ellas, otros candidatos a la presidencia) que, en su caso, se debatirían junto a la principal.
Desde la aprobación de la Constitución en 1978, la moción de censura se ha barajado en muchas ocasiones como instrumento de confrontación entre la Oposición y el Gobierno, o se ha amenazado con ella, pero, por su complejidad y consecuencias, sólo se ha presentado en dos ocasiones. En ambas, el reparto de escaños hacía inviable su éxito, con lo que se pretendía utilizar no como un sistema de sustitución efectiva del presidente, sino como un instrumento parlamentario para mostrar a los ciudadanos las deficiencias de la acción gubernamental y presentar, de cara a un futuro más o menos inmediato, un candidato alternativo.
Ahora, en momentos de grave desencuentro entre el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y el Partido Popular, vuelve a aparecer en el horizonte, o más bien en el debate político, la posibilidad de una tercera moción de censura que se basaría en un incremento de las quejas sobre la gestión gubernamental o, en todo caso, del escepticismo ciudadano ante ella, como revela, por ejemplo, el último Barómetro del CIS. Se ha sugerido o propuesto desde diversas instancias periodísticas e intelectuales -así lo hizo, por ejemplo, el director de ABC («Moción de censura, ya», 17 de diciembre de 2006)- como se hizo, desde otras, hace ya meses. Entonces Mariano Rajoy, en una entrevista periodística, aseguró que su presentación no se había planteado aunque a continuación añadió que no la descartaba. En este momento es una cuestión de discusión en el seno del PP, dividido entre los partidarios de la misma y los recelosos o abiertamente contrarios.
Es, sin duda, una decisión de calado y, dadas las características ya esbozadas de este peculiar sistema de control del Gobierno, deben medirse con cuidado las consecuencias. La experiencia de las dos presentadas desde la vigencia de la Constitución lo corroboran. En ambos casos, las mociones no prosperaron, pero el resultado político para los dos candidatos alternativos propuestos fue muy distinto.
La primera la presentaron diputados del PSOE en mayo de 1980 proponiendo como candidato alternativo a Adolfo Suárez a Felipe González. Suárez había presentado en la primera legislatura una moción de confianza, en un momento de crisis de su partido, que superó incluso con apoyos inesperados, pero las dificultades de su presidencia no cesaron ni en esa ni en la siguiente legislatura. UCD pasaba momentos de agobio, la inestabilidad política iba en aumento (y siguió incrementándose hasta la dimisión del presidente centrista y el intento de golpe de Estado del 23-F) y el PSOE, que ya era inclemente con Suárez, mejoraba en las encuestas. No podía triunfar la censura -UCD tenía 168 escaños y el PSOE, con 121, no conseguiría en ningún caso el apoyo de otros grupos de la derecha- pero los socialistas entendieron, con acierto estratégico, que era el momento de demostrar a la opinión pública, en sede parlamentaria, que Felipe González podía realmente ser presidente del Gobierno.
Y lo consiguió. No sólo llegar a presidente, tras las elecciones de 1982, sino salir reforzado en el debate de la moción. Cinco días más tarde, trascurrido ese plazo de «enfriamiento» que estipula el ordenamiento, Suárez se impuso, como era lógico, en la votación. Pero la discusión parlamentaria reflejó la realidad política: el presidente, a la defensiva, daba muestras ya de su declive y dejó la respuesta a la moción a sus ministros. El candidato pasaba de ser un atractivo joven socialista a una alternativa creíble, representante de un cambio que la sociedad demandaba. Con la punzante maldad que le caracterizaba, Alfonso Guerra describió la Cámara como un lugar en el que la mitad de los diputados se entusiasmaban con Felipe González y la otra mitad con Manuel Fraga.
La segunda, sin embargo, fue muy distinta. En febrero de 1987 fue elegido presidente de Alianza Popular Antonio Hernández Mancha y aproximadamente mes y medio después, el 23 de marzo, eran los diputados de Coalición Popular los que presentaban una moción de censura contra Felipe González pretendiendo, formalmente, que su nuevo dirigente le sustituyera como presidente del Gobierno. En las elecciones de 1986 el PSOE había revalidado su mayoría absoluta (184 escaños), un triunfo que precipitó la sustitución de Manuel Fraga por un nuevo dirigente, Hernández Mancha, que no era diputado. Se trataba de forzar un debate en el Congreso con el líder socialista y la única manera era la moción de censura, que permite que el candidato alternativo no pertenezca a la Cámara. Pero en este caso no se midieron bien ni el riesgo ni las consecuencias. González estaba seguro y Hernández Mancha, buen orador, no pudo con él. En el Parlamento, fue ignorado por unos y criticado duramente por otros, acrecentándose la sensación de soledad e impotencia que habían creado las elecciones del año precedente.
Y ello hasta el punto de que el Gobierno mantuvo una actitud pasiva y dejó el trabajo a otros representantes de la Oposición. Tampoco la retransmisión del debate logró despertar el interés ciudadano. El comienzo de Hernández Mancha como presidente de AP fue también el inicio de su final hasta ser sustituido el año siguiente.
Hasta el sábado 30 de diciembre, en el PP eran conscientes de que la justificación de la moción de censura no era tanto, desde el punto de vista instrumental, la situación política cuanto las consecuencias que se pudieran derivar de la misma. Había quienes pensaban que se convertiría en un examen adverso a Mariano Rajoy tanto por el Gobierno como por el resto de grupos parlamentarios y que, por tanto, no convenía al PP. Otros creían que sería la oportunidad para que el presidente del partido, magnífico parlamentario salvo cuando se muestra enfadado, presentara adecuadamente su programa y una alternativa de calidad que pudiese calar en la opinión pública. Con un gesto de esa naturaleza se remediaría la debilidad de liderazgo que revelan algunas encuestas. Replicaban los contrarios a la iniciativa que el esquematismo no elaborado de los sondeos de valoración de líderes no refleja la realidad y que Rajoy, maestro en «el uso de los tiempos», según sus próximos, debía saber que no era el momento. Respondían los partidarios que la moción de censuraserviría para hacer patente la gravedad de algunas cuestiones políticas que quedan arrumbadas ante la atención de los ciudadanos por el tráfago de la actualidad.
El debate está abierto. Sin embargo, ha cambiado radicalmente con el último atentado de ETA. Los partidarios de la moción en el PP creen que la gravedad de la situación política -no tanto por la reaparición de ETA, sino por la ambigüedad con la que ha respondido el presidente- exige la utilización de todos los recursos parlamentarios para controlar y debatir con el Gobierno, sobre todo si pretende modificar el Pacto Antiterrorista con la anuencia de otros grupos que nunca aceptaron los principios básicos de la política acordada por los grandes partidos. Quienes insisten en el seno del PP en que ahora no hay duda de que la moción es conveniente lo hacen convencidos de que, en las actuales circunstancias de debilidad política de Zapatero ya no cabe el peligro de que sea Rajoy el examinado y castigado por el debate.
Teorías sobre los Medios de Comunicación. Agenda Setting. Espiral del silencio
Teorías críticas de los Medios de Comunicación
La teoría de la sociedad de masas, destaca la interdependencia entre las instituciones que detentan el poder y sostiene que, los medios de comunicación se integran a las fuentes de poder y autoridad sociales. En esta línea, es probable considerar que el contenido de los mensajes se encuentre al servicio de quienes poseen el poder político y económico. De esta forma, la versión del mundo que los medios exhiban, será a fin de colaborar en la subordinación de las audiencias al poder. Es posible ver en los mensajes mediáticos, una interpretación irreal del mundo, de manera tal que, actuando como instrumento de manipulación, ayuda a las masas a sobrevivir en condiciones difíciles.
Más allá de la teoría pesimista de la sociedad de masas, se encuentran las teorías de origen estrictamente marxista, que se diferencian de las anteriores por poseer un perfil ideológico más definido.
En La ideología Alemana Marx afirma que "las ideas de la clase dominante son en todas las épocas, las ideas dominantes. Este postulado, si bien hay que aplicarlo actualmente a instituciones que, en tiempos de Marx, tenían una existencia limitada, sería el punto de partida para un cuerpo teórico predictivo a respecto a los medios cuyo supuesto fundamental es la unidad de la "elite" de la sociedad, así como una subordinación de los demás sectores sociales a los intereses de la clase dominante.
Los medios de comunicación social, son una institución característica de la sociedad de clases, de acuerdo a estos enfoques, la visión del mundo que estos transmitirán, será acorde a los intereses y a la ideología de la clase dominante. De esta forma, la tendencia ideológica será la de evitar que otras fuerzas puedan crecer y ganar legitimidad al tiempo que las audiencias recibirán aquello que deseen dentro de los límites marcados por lo que no pueda considerarse peligroso para que continúe el predominio de la clase dominante. Este particular punto de vista, transforma al estudio de la comunicación de masas en un trabajo cuyo objeto central es descubrir los complicados mecanismos subyacentes a través de los cuales la sociedad capitalista controla la producción, la distribución, el consumo y la ideología sin la necesidad de recurrir al poder coactivo del estado.
Entre los enfoques marxistas tradicionales, se destacan:
1. La teoría político-económica de los medios de comunicación
2. La teoría de la hegemonía de los medios de comunicación
3. La escuela de Frankfurt
"... las voces que sobreviven pertenecerán en buena medida a quienes es menos probable que critiquen la distribución prevaleciente de la riqueza y del poder. Y al revés, quienes es más probable que pongan en duda estas reparticiones no pueden hacer público su desacuerdo u oposición porque no disponen de los recursos necesarios apra comunicarse eficazmente con una gran audiencia" Murdock y Golding (1977)
Desde esta perspectiva, se enfatiza la estructura económica por sobre el contenido ideológico de los mensajes. La institución de los medios de comunicación, es considerada un parte del sistema económico aunque estrechamente vinculada al sistema político.
Los medios, bajo la presión de expandir sus mercados e impulsados por los intereses económicos de fondo de los propietarios, generan la necesidad de obtener beneficios a través de los medios de comunicación propiciando tendencias monopólicas de integración vertical y horizontal. En consecuencia, se reducen las fuentes independientes y se marginan sectores minoritarios y de bajo nivel adquisitivo.
"Aquel concepto de predominio que significaba la imposición directa de un sistema, por la fuerza abierta o por la compulsión ideológica, a la clase subordinada, no estaba lo bastante elaborado para afrontar las dificultades del caso. También había que considerar que el predominio se realizaba en el plano inconsciente tanto como en el consciente: verlo como una propiedad del sistema de relaciones incluso en la misma actividad normativa y selectiva que opera a través del lenguaje y del discurso, más bien qe como distorsiones manifiestas e intencionadas de los individuos." Hall (1982)
Gramsci utilizará el término "hegemonía" para referirse a la cultura dominante, de esta forma, a muy grandes rasgos, puede describirse una segunda línea teórica dentro del marxismo, la cual no se centra ya en los determinantes económicos como en la ideología misma, sus formas de expresión, sus sistemas de significación y los mecanismos a través de los cuales la clase oprimida, sobrevive en aparente conformidad, puesto que su conciencia se halla invadida y apta para la manipulación.
Adorno, Horkheimer, Marcuse.
Los teóricos de la escuela de Frankfurt trabajaron durante la Alemania de Weimar y fueron dispersados luego del ascenso del Nacional Socialismo al poder. Muchos de ellos continuaron su trabajo en los EEUU. La problemática central de sus trabajos es el aparente fracaso de las predicciones revolucionarias de Marx y para explicar el fracaso, consideraron la capacidad de la superestructura especialmente a través de los medios de comunicación masivos para manipular el proceso histórico de cambio económico. En otras palabras, la ideología de la clase dominante, habría llegado a condicionar la base económica a través de un proceso de asimilación de la masa obrera.
La cultura de masas es el principal medio gracias al cual el capital habría alcanzado su mayor éxito. Entonces, todo el sistema de producción en masa de bienes, servicios e ideas habría hecho aceptar, en términos generales, el modelo propuesto por el sistema capitalista, de la mano del tecnologismo, el consumismo y la satisfacción a corto plazo. El principal instrumento ideológico de este proceso son las mercancías en la que hasta el arte (incluso la cultura crítica) puede comercializarse. La misma oposición puede ingresar en el sistema buscando beneficios, aún pagando el precio de perder su fuerza crítica.
La escuela de Frankfurt afirma que que la gente (y la clase) se subordina a la determinación de las imágenes y a los planteos habituales del sistema dominante. En sintonía con la teoría de la sociedad de masas, Marcuse dirá que la sociedad es unidimensional y que su creación se debe a la industria cultural. Los medios de comunicación son pues, un poderoso mecanismo que pretende contener el cambio que se vincula al modelo hegemónico.
Este enfoque está relacionado con los aportes de la Escuela de Frankfurt, así también como con otras escuelas de tradición humanista y de crítica literaria.
Postula una visión realista de los productos de la cultura de masa en tanto que pretende comprender el significado y el lugar que ocupa la cultura popular dentro de las vivencias de los diferentes grupos sociales, la juventud, las minorías étnicas, la clase obrera, las clases marginales, etc. De esta forma, se aspira a explicar el rol de la cultura de masas al integrar y someter a sectores sociales potencialmente inconformistas.
Es representante de la Escuela de Birmingham, Stuart Hall, quien se opone al papel residual y meramente 'reflejo' asignado a lo cultural. Concebirá entonces a la cultura como formas normales del comportamiento humano mientas que evita formular relaciones entre fueras espirituales y materiales según el modelo base-superestructura, especialmente cuando la base es determinada por lo económico en sentido simplista. Definirá a la 'cultura' como recursos y valores que surgen en los grupos sociales a partir de relaciones concretas así como las condiciones históricas mediante las cuales se 'manejan' y reaccionan las condiciones de la existencia.
Si bien sería un error considerar marxistas a los autores que se ubican dentro de esta línea, es prudente observar que todos ellos coinciden en que las estructuras globales de la sociedad y las concretas circunstancias históricas tienen una importancia esencial para comprender el funcionamiento de los medios de comunicación
Teorías de los efectos en las audiencias
Mass Communication Research
Como señala Rodrigo Alsina (1989), la historia de la Mass Communication Research está dominada por la consigna positivista Saber para preveer, preveer para poder, de esta forma, desde el comienzo, el área de estudio privilegiada ha sido la teoría de los efectos sobre las audiencias, esto es, conocer cuáles eran las reacciones del público frente a las propuestas mediáticas con el objeto de obtener las claves para conducir el comportamiento de las masas.
Pero la historia de la investigación de la comunicación, pone en evidencia, que tanto desde una perspectiva teórica como empíricas, las predicciones desarrolladas no siempre fueron acertadas, en efecto, los diferentes modelos que fueron desarrollándose con el objeto de explicar el comportamiento de las audiencias, han oscilado entre la omnipotencia hasta la irrelevancia de la capacidad de los medios para influir en el público hacia el cual dirigen sus mensajes.
Las primeras corrientes de la escuela norteamericana, estuvieron notablemente influidas por el conductismo, escuela psicológica que considera la conducta humana como una respuesta frente a estímulos externos. Está influencia teórica será evidente particularmente en la teoría hipodérmica cuya concepción de la audiencia se condice claramente con la concepto mecanicista de la conducta que subyace a la escuela conductista.
La guerra de los mundos
En la noche del 30 de octubre de 1938, millares de estadounidenses fueron aterrorizados por una emisión de radio de la CBS que describía la invasión de los marcianos. Su artífice era Orson Welles, que escenificaba La guerra de los mundos, la novela fantástica de H.G. Wells. El sociólogo Hadley Cantril, a quien se debe un análisis sobre el impacto de este rpograma resume así el estado de shock de los oyentes:
‘mucho antes de terminar el programa, en todo EEUU, había personas rezando, llorando y huyendo frenéticamente para no encontrar la muerte a mano de los marcianos. Algunos corrieron en busca de seres queridos. Otros telefonearon para despedirse o alertar a los amigos, corrieron a informar a sus vecinos, buscaron información en las redacciones de los periódicos y las emisoras de radio, o avisaron a las ambulancias y coches de patrulla de policía. Por lo menos seis millones de personas oyeron la emisión y como mínimo un millón de ellas se asustaron o se inquietaron.’
El acontecimiento creado por Welles permitía por primera vez hacer un test de tamaño natural sobre las condiciones de sugestibilidad, del recíproco contagio sobre el pánico (Psicosis colectiva).
(...)
En el plano de las representaciones sociales, estas escenas de emoción inauditas, que se traducían en actos irreflexivos e incitaciones gregarias, no fueron las últimas en fundamentar la teoría de la omnipotencia de la nueva técnica de comunicación a través de las ondas"
Fuente: Mattelart (1996) La comunicación-mundo, México, Siglo XXI
La teoría de la bala mágica
El primer conjunto de creencia sobre la naturaleza y el poder de las comunicaciones de masas no fue formulado de hecho en su momento por ningún estudioso de las comunicaciones. Pero en visión retrospectiva se conoce como la ‘teoría de la bala mágica’. Posteriormente ha recibido otros nombres más pintorescos como ‘teoría hipodérmica’ o ‘teoría de la reacción en cadena’. La idea básica que subyace tras esos nombres es que los mensajes de los medios son recibidos de manera uniforme por todo el público y que las reacciones inmediatas y directas son disparadas por estos estímulos. DeFleur, Melvin Ball-Rockeach (1986)
Hacia finales del siglo XIX, la concepción orgánica de la sociedad prevista por Comte y Spencer hasta el análisis de Durkheim respecto a la división del trabajo, se fue configurando una nueva imagen de la sociedad, que desdibuja sus rasgos tradicionales para convertirse en una sociedad de masas. Las masas, se convierten así, en un objeto de estudio y de hecho, durante los años ’20, el temor a la manipulación mediática aparece como una característica que describe la poderosa capacidad de influencia que tuvieron los primeros medios de comunicación.
En coherencia con esta percepción, la audiencia era concebida notablemente indefensa ante los medios, puesto que:
1. Los individuos se hallaban aislados psicológicamente
2. La impersonalidad predominaba en las interacciones sociales.
3. Los individuos no se veían afectados por los vínculos sociales
Diferentes factores confluyen posibilitando la consolidación de la psicología como ciencia hacia principios del siglo pasado, las demandas del ejército, de la industria y más tarde de los partidos políticos, favorecerían además, a aplicación práctica a diferentes técnicas de comunicación persuasiva.
Durante la Primera Guerra Mundial, los psicólogos del ejército norteamericano desarrollaron una serie de pruebas con el objeto de medir la inteligencia haciéndose por primera vez, mediciones de tests a gran escala. Comprendiéndose así en el ejército la utilidad de la psicología para la clasificación de los individuos. De esta forma, los psicólogos pasan a formar parte de los equipos de instrucción militares.
Al mismo tiempo, la industria comienza a percibir que posee intereses similares a los militares en el sentido que también requiere seleccionar recursos humanos eficientes para cubrir determinados puestos de trabajo, de esta forma comienza a consolidarse también la psicología industrial. Pero fundamentalmente es la aparición de los medios de comunicación masiva, se advierte el enorme potencial de aplicar conceptos de psicología a las técnicas persuasivas de la publicidad.
Finalmente, el terreno de la política, interesado cada vez más en el devenir de la opinión pública demandará también los aportes de la psicología como ciencia socialmente útil para el poder.
De estar forma, las primeras teorías se enfocaban desde una perspectiva conductista: la conducta se halla regida por mecanismos biológicos de origen genético que intervenían de forma predecible a partir de un determinado estímulo. Por otra parte, al considerar la sociedad de masas un conjunto homogéneo, asilado y pasivo, resulta consistente sostener la hipótesis de vulnerabilidad ante la manipulación mediática. Este argumento se consolida en la idea de la omnipotencia de los medios que generaba la idea básica respecto a que los mensajes podían incidir sobre el individuo de manera directa y uniforme, provocando una reacción similar en cada uno de ellos. La propaganda nazifasicista, por otra parte, parecía ser una experiencia en tiempo real que convalidaba tan ambiciosa hipótesis: las masas, parecían rendirse ante el poder ilimitado de los mensajes mediáticos por irracionales que estos fueran.
Para este cuerpo de teorías, el emisor es la preocupación central puesto que el objetivo era determinar las estrategias que este utilizaría para consumar la manipulación de la audiencia. Y no es un dato menor, observar que el análisis de acuerdo a este marco teórico, ignora el contexto social en el cual se daba en fenómeno mediático, aislando el vínculo entre emisor y receptor del entorno sociocultural en el que se contextualizaban.
El conductismo deja de ser considerado, alrededor de los años '40, un marco teórico válido para abordar la problemática de la influencia mediática, los estudios de la psicología experimental, así como aportes provenientes del campo de la sociología, fueron modificando el enfoque de estos estudios.
Por otra parte, se transforma sustancialmente, el concepto de audiencia, en el sentido que se cuestionan las características que parecían describirla de acuerdo al paradigma de la "bala mágica", cada una de estas características, dará lugar a un nuevo modelo explicativo de los efectos de los medios en el público:
Los estudios sobre el aprendizaje de la conducta, generaron una nueva perspectiva: las diferencias dadas por la individualidad. La audiencia deja de ser una masa homogénea puesto que cada miembro tiene características que lo hacen diferente a otro, por lo tanto, su conducta podrá ser diferente, dependiendo de su personalidad.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Carl Hovland, psicólogo norteamericano, realizó una investigación con el objeto de encontrar el modo más adecuado de persuadir a los soldados respecto a que la guerra podía prolongarse en el frente del Pacífico aún cuando Alemania ya estaba a punto de ser derrotada. Bajo tal propósito, se elaboraron dos programas radiales, el primero advertía que la guerra iba a prolongarse aún superando los cálculos más optimistas y el segundo, reconociendo la superioridad norteamericana frente a Japón, sostenía que la guerra sería, sin embargo, larga y dura.
Como resultado de la experiencia, se observó que los soldados que tenían un nivel de instrucción más alto fueron más fácilmente persuadidos por el segundo mensaje puesto que presentaba una argumentación más detallada e incluía las dos posiciones respecto al tópico en cuestión. Pero el mismo mensaje, ocasionaba un efecto negativo en los soldados cuyo nivel de instrucción era inferior.
De acuerdo este tipo de investigaciones, se formuló el principio de la atención selectiva. De acuerdo a este postulado, los individuos tenderían a exponerse a los mensajes de los medios en función de sus intereses personales y predisposiciones. Se descarta así la teoría del supuesto impacto directo de los mensajes mediáticos, puesto que los individuos parecieran recordar con mayor precisión solo aquellos mensajes cuyo contenido les resulta favorable.
De acuerdo a este esquema, podrían categorizarse cuatro factores que los receptores involucran en el momento de la comunicación:
El interés: la motivación que el destinatario posee en relación al tema del mensaje.
La exposición selectiva: el interés de la audiencia se concentra en los mensajes que más se adaptan a sus propias actitudes y valores, evitando lo internamente conflictivo.
En esta línea, Festingen aportó en 1957 un desarrollo teórico que llamó disonanacia cognitiva de acuerdo al cual, el individuo tendría cierto grado de coherencia interna que se ve alterado por la interrupción del mensaje mediático creando una disonancia cognitiva. Lo que el individuo prefiere es pues, conservar dicho equilibrio para la cual rechazará la información que lo "contradice" o elegirá interpretarla de acuerdo al sentido que se integra mejor a sus convicciones personales.
Percepción selectiva: la interpretación se produce en función de la predisposición, valores y actitudes del receptor.
Memoria selectiva : el destinatario suele recordar mejor aquello que favorece sus propias opiniones.
De esta forma, el poder de los medios es relativizado el poder de los medios, aunque se confiaba en la posibilidad de manipular los efectos si se conocían adecuadamente las características psicológicas de la audiencia y se elaboraban mensajes a la medida un efecto en particular para un público determinado.
Una nueva perspectiva surge como consecuencia de las experiencias realizadas en el terreno de la comunicación. Las diferenciación de actitudes dentro de los miembros de la audiencia puede ser clasificada en conforme a grupos sociales de características compartidas que manifestarán una conducta similar ante los mensajes mediáticos.
Este postulado, descubre el concepto de target group, tan útil a las técnicas modernas de publicidad y comunicación mediática en general. El público posee características no solo personales sino también sociales, y parte de su conducta se ve influida por dicha dimensión.
En efecto, Paul Lazarsfeld observará que los efectos de los mensajes están fuertemente condicionados por el contexto social al que el individuo pertenece, lo que significa que el modo en que se produce la valoración de un mensaje se haya incidida por la influencia que otros significativos ejercen sobre el individuo.
Una investigación realizada en 1940 en el estado de Ohio, durante una campaña electoral en la que Franklin Roosvelt resultó electo, Lazarsfeld detectó que la decisión de voto dependía prioritariamente del grupo social de pertenencia del ciudadano, relativizando la influencia que sobre éste ejercieran los mensajes mediáticos de la radio y la prensa. La exposición a la propaganda no modificaba la tendencia: mientras que los que pertenecían a sectores rurales, o niveles socioeconómicos medio-alto o, de religión protestante, optaban por el partido republicano. El partido demócrata se nutría, por el contrario de los ciudadanos católicos y obreros urbanos.
La masa, ya no será percibida como un conjunto de seres aislados sino efectivamente relacionados con otros, en un vínculo social que, consecuentemente, influye en la conducta.
De la mano de estos hallazgos, se construye el marco teórico en el cual se describe la influencia de lo líderes de opinión en la interpretación de los mensajes mediáticos. El líder de opinión conformaría un "segundo paso" entre el mensaje y la audiencia, ejerciendo una influencia significativa.
Las teorías sobre los efectos de los medios en las audiencias, vuelven a girar significativamente hacia la consideración de las posibilidades manipuladoras de las audiencias. Sin embargo, estos efectos, serían predominantemente de tipo cognitivos y se describen en lo que se ha dado en llamar "teoría de la construcción de agenda" (agenda setting).
Los medios de comunicación social, realizan una cobertura de los acontecimientos de la actualidad, realizando una jerarquización. De acuerdo a la teoría de agenda setting este temario configurado por los medios, tendrá, necesariamente, un impacto en la audiencia. Esta línea, que ha generado el movimiento más significativo dentro de la mass communication research, fue introducida en 1972 por Mc Combs y Shaw, en su artículo The agenda Setting Function of the Mass Media.
De esta forma, han proliferado numerosas investigaciones acerca de las relaciones entre los temas que han sido enfatizados como destacados por los medios y los temas que se instalan como significativos para la opinión pública. Se considera, dentro de este marco teórico, que existiría una relación directa y causal entre el contenido de los medios y la percepción por parte del público respecto a qué es lo más importante de entre todos los acontecimientos sociales. En otras palabras, se considera que es muy posible que los medios carezcan de la capacidad necesaria para indicarle a la gente cómo debe pensar (puesto que influir en la opinión es mucho más complejo, ya que esta se encuentra afectada por múltiples variables, entre ellas, las socioculturales) pero sí, es factible que im pongan determinados temas, dejando otros en segundo plano, logrando así una manipulación indirecta.
Wolf (1985) puntualiza que el modelo de agenda setting al describir la influencia de los medios en el modo en que el destinatario organiza sus propio conocimiento y la imagen de la realidad social, está muy próximo a la semiótica, de hecho, existirían una serie de cuestiones comunes como el estudio de las estrategias textuales, la tipología de los discursos o los procesos de comprensión y recordación textual.
En este sentido, los modelos de investigación actuales, tienden a dar cuenta de la construcción de la realidad social. Efectivamente, los medios, configuran la imagen de la sociedad que los miembros de las audiencias construyen dentro de sus mentes, puesto que en una sociedad compleja como la que vivimos, el conocimiento de los hechos sociales depende en buena medida de los mensajes mediados (y de la interpretación de la realidad que los medios realizan).
"El temor al asilamiento (no sólo el temor que tiene el individuo de que lo aparten sino también la duda sobre su propia capacidad de juicio) forma parte integrante (...) de todos los procesos de opinión pública. Aquí reside el punto vulnerable del individuo; en esto los grupos sociales, pueden castigarlo por no haber sabido adaptarse. Hay un vínculo estrecho entre los conceptos de opinión pública, sanción y castigo" Noelle Neumann, 1974
Mientras que la teoría de agenda setting limita en parte el poder de los medios como formadores de opinión a la jerarquización del temario, el enfoque de Noelle Neumann parte del supuesto que la mayor parte de las personas, temen naturalmente al aislamiento y, al manifestar sus opiniones personales, tratan de identificar la opinión de la mayoría para luego sumarse al "consenso general". Los medios de comunicación, operan como formadores del consenso, los periodistas tendrían la autoridad necesaria para diagnosticar el "clima de opinión".
La lógica de este modelo, conforma una espiral silenciosa dado que, cuanto más se difunde una opinión dominante, más se silencian, las individuales voces minoritarias en disidencia, con lo cual, se acelera el efecto de las opiniones mayoritarias construyendo un proceso de retroalimentación ascendente: Basándonos en el concepto de un proceso interactivo que genera una "espiral" de silencio, definimos opinión pública como aquella que pude ser expresada en público sin riesgo de sanciones (...) según este mecanismo psicológico que hemos denominado "espiral del silencio", conviene ver a los mensajes como creadores de opinión pública. Constituyen el entorno cuya presión desencadena la combatividad, la sumisión y el silencio" Noelle Neumann, 1974
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