DEMOCRACIA
Democracia es un concepto que está en
permanente discusión ya que no hay una respuesta única a su significado y su
definición depende del paradigma desde el cual se aborde la problemática y de
los contextos sociohistóricos, económicos y políticos en los cuales se
desarrollen las experiencias democráticas.
La democracia clásica
El primer antecedente se remonta a la
Grecia clásica en la primera mitad del siglo V antes de Cristo. Atenas fue la
polis griega más representativa de esta forma de gobierno. Etimológicamente
significa demos=pueblo y kratos=gobierno. Sus dos componentes nos plantean dos
interrogantes: ¿quiénes constituyen el pueblo? Y ¿qué significa que ellos
gobiernen?
Grecia constituyó una sociedad que delibera
explícitamente sobre sus leyes y que a la vez es capaz de modificarlas. La vida
política era entendida como una actividad colectiva cuyo objeto era la sociedad
como tal. La política era autonomía, los ciudadanos eran capaces de darse sus
propias instituciones.
La soberanía se fundamentaba en la Igualdad
de todos los ciudadanos.
Isonomía: igualdad de los ciudadanos ante
la Ley.
Isegoría: igualdad para participar y
expresarse en la Asamblea.
El fundamento de la democracia griega era
la participación plena y activa de todos los ciudadanos. Renunciar a esta
participación implicaba renunciar a la ciudadanía.
Según la visión griega el ciudadano era un
ser total para quien la política constituía una actividad social natural, no
separada del resto de la vida y para quien el gobierno y la polis no eran entidades
remotas y ajenas, sino que la vida política era una extensión armoniosa de sí
mismo.
Los ideales políticos eran: la igualdad
entre ciudadanos, la libertad y el respeto a la ley y la justicia. Los
individuos se consideraban iguales y se reconocían colectivamente como
soberanos capaces de crear leyes e instituciones para su autogobierno, basado
en la idea de bien común, que implicaba coincidir en lo que es bueno para la
ciudad.
Características estructurales:
·
Ciudad Estado pequeña.
·
Economía de esclavitud, que
dejaba tiempo libre a los ciudadanos.
·
Trabajo doméstico a cargo de la
mujer.
·
Restricción de la ciudadanía a
un número relativamente pequeño. Eran ciudadanos solamente los varones adultos,
libres y atenienses, estaban excluidas las mujeres, los esclavos y los
extranjeros.
·
Los ciudadanos debían tener
intereses armónicos entre sí, para compartir el sentimiento de lo que es el
bien general
·
Los ciudadanos debían mostrar
un alto grado de homogeneidad respecto de características como el poder
económico, el tiempo libre, la religión, el idioma, la instrucción.
·
La cantidad de ciudadanos debía
ser pequeña, para evitar la heterogeneidad, para un mejor conocimiento de la
ciudad, y para la reunión conjunta de todos en Asamblea.
·
Los ciudadanos debían
participar también en la administración y desempeñar cargos públicos.
·
La ciudad-Estado debía ser
autónoma.
Críticas a la democracia griega.
Platón y Aristóteles consideraban a la
democracia una forma desviada, impura o injusta de gobierno.
Platón consideraba una sola forma capaz de
realizar el ideal de justicia, la aristocracia.
Los hombres por naturaleza tienen actitudes
diferentes, en ellos puede predominar la razón, el valor o las pasiones. Según
el elemento predominante encontraremos tres tipos de ciudadanos.
RAZÓN
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FILÓSOFOS
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VALOR
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GUERREROS
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INSTINTOS
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ARTESANOS, TRABAJADORES, LABRADORES
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Según Platón una ciudad es justa si cada uno
hace lo suyo, según su propia naturaleza, es decir, cada cual debe tener en la
ciudad una sola ocupación para la cual su naturaleza lo ha dotado, y debe
asegurarse a cada uno su propio bien y el ejercicio de la actividad que le es
propia.
Una ciudad justa es gobernada por
filósofos, defendida por los guardianes y los artesanos, trabajadores y labradores
ejercen sus oficios. Esta forma de gobierno es la Aristocracia. Cualquier
modificación o mezcla entre sus partes dará origen a formas impuras e injustas,
caracterizadas por el desorden y la desorganización.
Aristocracia: forma pura y justa
Timocracia: mezcla de filósofos y
guardianes, gobierna la ambición y la cólera.
Oligarquía: gobiernan los ricos y los
pobres no participan, predominan la avaricia y la codicia.
Democracia: consecuencia de la oligarquía,
gobiernan los muchos y pobres, o sea la masa de población que debía dedicarse a
sus trabajos y oficios.
La democracia nace cuando los pobres,
después de haber obtenido la victoria sobre los ricos, matan a unos, destierran
a otros, y comparten con los que quedan el gobierno y los cargos públicos.
La democracia es el origen de la Tiranía,
ya que el deseo inmoderado de libertad lleva a los hombres a desear lo opuesto:
el exceso de autoridad y con ella su esclavitud. En la tiranía un caudillo
gobernará con poderes absolutos.
Aristóteles:
Ejercen el poder
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Objetivo
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El bien común
(formas puras)
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El bien propio
(formas impuras)
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UNO
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MONARQUÍA
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TIRANÍA
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POCOS
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ARISTOCRACIA
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OLIGARQUÍA
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MUCHOS
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REPÚBLICA
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DEMOCRACIA
|
Desde la Grecia Clásica y hasta la modernidad, no encontramos otros ejemplos de regímenes democráticos. En Occidente, ello se debe sobre todo a la preeminencia de la Religión y de la Iglesia Católica. El catolicismo de entonces, como las religiones monoteístas en general, tenía una concepción descendente de lo político: el poder es un atributo creado por dios, que desciende de él al Papa, y del papa al Rey. Recién a fines de la edad media, algunos comienzan a teorizar acerca de la concepción ascendente de soberanía popular, según la cual Dios le da el poder al pueblo y éste lo delega al Príncipe, de esta deriva la idea política de que es el pueblo el que tiene el derecho a hacer la ley. El poder soberano consiste en hacer la ley.
La Modernidad : Democracia Indirecta o Representativa.
La Edad moderna, desde el punto de vista del pensamiento político, va a significar una revalorización del pensamiento democrático, en su versión "republicana". Retomando la concepción aristotélica que considera a la República (bajo el nombre de politeia) como el gobierno de la mayoría para el bien común.
Maquiavelo va a clasificar las formas de gobierno en Principado, el gobierno de uno; y Repúblicas, clasificándolas en Democráticas, si gobierna la mayoría, y Aristocráticas, si gobiernan unos pocos. Para Maquiavelo la mejor forma era el Principado.
Pero el gran aporte de la modernidad a la teoría de la democracia es el liberalismo, asociado a su vez a la teoría de la división de poderes, al contractualismo y al constitucionalismo.
El liberalismo político sostiene que la libertad y los derechos de los individuos son anteriores al Estado, y no pueden ser conculcados por él. Desde esta perspectiva, existe un área o espacio jurídico reservado a los individuos, en la que la acción estatal no puede penetrar: la libertad individual, la libertad de expresión, los derechos políticos, la propiedad privada, la inviolabilidad del domicilio y la correspondencia, la libertad de trabajo comercio e industria, etc.
¿Por qué el Estado no puede traspasarlos? La respuesta corresponde al contractualismo: Porque esos derechos son anteriores al Estado, y el ser humano los posee desde que existía el estado de naturaleza. Habrían sido los hombres libres, en estado de naturaleza, que habrían suscripto un Contrato Social, para crear el Estado, con el fin de que les provea orden y seguridad.
¿Cómo garantizar que el Estado no viole los derechos individuales? Según el constitucionalismo: Los hombres pueden dejar por escrito ese pacto social fundante : es la constitución escrita, un texto en el que se consagran los derechos humanos y se especifica todo lo que el Estado no puede hacer. Para el constitucionalismo, el Estado está sometido a normas constitucionales, al derecho. Por eso se lo denomina Estado de Derecho.
Y para agregar mayores seguridades de que el poder del Estado no va a actuar arbitrariamente, siguiendo los consejos de Montesquieu, se decidió dividir el ejercicio de las funciones del poder, de modo tal que los órganos estatales se controlen entre sí. El aparato del Estado se divide en Poder ejecutivo, Poder legislativo y Poder judicial, y cada uno de estos poderes se controlan entre sí, con el fin de evitar la corrupción y el abuso de poder.
Liberalismo, Contractualismo, Constitucionalismo, Estado de Derecho y División de Poderes van a cobrar forma en los Estados Nacionales de la Modernidad, conformando lo que se denomina la Revolución Burguesa de la política, cuyos máximos exponentes son la Revolución Francesa y la Constitución Norteamericana.
Pero hay una gran diferencia entre los Estados modernos y la ciudad estado griega : la cantidad de población. Los Estados modernos se componen de millones de personas, imposibles de reunir en una sola Asamblea, en un solo lugar. Además cabe aclarar que el hombre moderno considera que su libertad política reside en la posibilidad de elegir si participar o no, de la vida pública; para el hombre moderno la libertad debe estar constituida por el gozo pacífico de la independencia privada. Entonces la solución a que se arribó fue adoptar la figura del mandato de derecho privado: los mandantes o poderdantes (el pueblo) otorgan poder al o a los mandatarios o apoderados (los gobernantes) para que ejerzan actos (gobiernen) en su nombre y representación, de modo tal que la voluntad de los mandatarios no sea sino expresión de la voluntad de los mandantes: de la voluntad popular. Esta forma de democracia, por mandato o representación, se denomina democracia representativa o indirecta: "el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes"
Liberalismo: Teoría y práctica de la defensa, a través del Estado constitucional, de la libertad política individual
Democracia de masas.
Una de las grandes transformaciones de la vida moderna ha sido el sufragio universal. Esto introdujo cambios en la forma de hacer política, en la participación, las instituciones y la democracia.
Para Max Weber la democracia pasa de ser una política de clases a una competencia entre partidos políticos. La democracia es un terreno de prueba para los líderes potenciales. Es como un mercado, un mecanismo institucional para eliminar a los más débiles y para establecer a los más competentes en la lucha competitiva por los votos y el poder.
Mercantilización de la democracia
Según Shumpeter la teoría clásica de la democracia se basa en dos supuestos erróneos: la existencia del bien común y la voluntad general.
Para crear la voluntad general, discernir sobre el interés común, el sujeto debe ser racional, lo cual implica que esté constantemente motivado e informado para participar y decidir sobre lo público. En realidad el sujeto es irracional, apático, manipulado y desinformado. La racionalidad de las acciones humanas puede observarse en las decisiones sobre temas de las esferas más próximas al hombre, donde su responsabilidad es importante, pero a medida que nos alejamos de esta esfera de responsabilidad directa también nos alejamos de la racionalidad. A esto debe sumarse la manipulación por parte de la propaganda política para vender su producto (los políticos) a los votantes, con lo cual se observa que la voluntad general es creada artificialmente.
La conducta del votante tiene las mismas características que la del consumidor, quien elige en el mercado irracionalmente desde el momento en que su opinión, sus gustos y necesidades son creados y manipulados.
Teoría económica de la Democracia
Se diferencia de la Shumpeteriana por la racionalidad constante del votante-consumidor. Considera que los actores son en todo momento seres racionales que se movilizan y actúan a partir de un cálculo costo-beneficio en tanto maximizadores de su interés.
Teoría pluralista de la Democracia
Robert Dahl considera que dado que es imposible el control igualitario de los gobernantes por parte de los gobernados, no podemos hablar de democracia, sino de poliarquía.
Hay instancias de control de los no líderes sobre los líderes. Los individuos se agrupan libremente según sus intereses. En los grupos de interés los no líderes controlan a los líderes. Estos grupos de interés son los protagonistas de la política.
En la poliarquía los líderes no pueden desentenderse de los no líderes hasta las siguientes elecciones, pues del poder de fiscalización de los grupos para evaluar si sus representantes satisficieron sus intereses depende la renovación de su mandato y su supervivencia como líderes.
Los líderes representan a los grupos, no al pueblo, y puesto que estos grupos son grupos de interés, deben negociar para mantener la gobernabilidad del sistema. La negociación sirve para acordar políticas y para que los líderes se controlen entre sí.
Uno de los autores contemporáneos que más claramente ha conceptualizado los problemas que enfrenta la Democracia moderna, es Norberto Bobbio. Para él los principales obstáculos de la democracia, son tres: La tecnocracia, la burocracia y el escaso rendimiento del sistema político. La primera porque al estar el conocimiento concentrado en pocas personas, la mayoría no puede tomar decisiones autónomas sin consultar a "los que saben", que son pocos. La segunda, porque como los gobernantes no pueden ejercer el poder directamente, sino que necesitan un conjunto de medios para llegar a la población, esa burocracia intermediaria tiene su propias pautas e intereses, que muchas veces son contrarios a la voluntad del conjunto. Por bajo rendimiento se entiende la incapacidad del sistema político para satisfacer todas las demandas de toda la sociedad, esto genera insatisfacción, y disconformidad con el sistema democrático.
Formas Semidirectas de Democracia.
A mitad de camino de la democracia directa y de la indirecta, las formas semidirectas son medios que se emplean en los regímenes representativos, para poner el poder de decisión, sobre asuntos puntuales, en manos directamente del pueblo.
Es un intento de reducir la distancia entre gobernantes y gobernados que adolecen los regímenes republicanos actuales.
Las formas más conocidas son el referendum, el plesbiscito y la consulta popular, por los que se somete a consideración del electorado el pronunciamiento sobre una cuestión política puntual. También corresponde mencionar la "iniciativa legislativa" o "iniciativa popular" consistente en que una parte del electorado pueda presentar un proyecto de ley, y el congreso quede obligado a tratarlo. La revocatoria de mandatos consiste en la facultad de una parte del electorado (un porcentaje determinado) de remover un funcionario electo. Existen otras diversas formas de participación semejantes, consistentes todas ellas en dar poder de decisión, o intervención directa al electorado
Democracia formal vs. Democracia participativa.
En la década del 80 con el avance del neoliberalismo, comienzan a aplicarse en todo el mundo planes de ajuste tendientes a desmantelar el estado de bienestar. Tal desmantelamiento deja al descubierto los mismos problemas existentes antes de la década del 30: el mercado libre produce injusticia y protesta social. Pero el neoliberalismo no vuelve atrás con la concesión del sufragio universal. El capitalismo no tiene ya sistemas sociales competitivos, de modo que la protesta social generada por el ajuste ya no pone en riesgo el sistema.
No obstante, la disconformidad popular genera problemas de "gobernabilidad", término éste que designa situaciones en las que la política de élite no son aceptadas pasivamente por los gobernados. La formula de apaciguamiento utilizada por la élite neoliberal, no será ya la apertura a lo social, sino la lisa y llama restricción: El funcionamiento del sistema político republicano, formalmente democrático, se limita al mínimo de su expresión. Los canales de comunicación de la sociedad al gobierno se cierran. El estado manipula o compra el silencio de los Sindicatos y las ONGs. Se cierran los canales de consulta. Y los pronunciamientos populares se limitan a las elecciones, cuyas campañas son objeto de fuerte influencia por parte de los especialistas en opinión pública y por los medios de comunicación. Todo ello en el contexto de una sociedad capitalista en proceso de globalización.
La forma de democracia funcional a las políticas de ajuste es la democracia formal, restringida o delegativa, caracterizadas por la pasividad de la sociedad civil y del pueblo.
Como contestación a esta forma política, desde la caída del modelo comunista, tienden a crecer las propuestas participativas de democracia social ; ya que no existen alternativas al modelo social propuesto por el capitalismo ; ya que no existe en la sociedad la inquietud por la transformación revolucionaria de la sociedad ; lo que proponen los movimientos sociales de contestación es la profundización de la democracia mediante la participación popular, en pos de la obtención de un nuevo tipo de políticas sociales, limitativas del mercado, favorables al pueblo, y gestionadas por los propios actores colectivos.
La propuesta de una democracia participativa es un método para profundizar la democracia política, pero también para profundizar la democratización de la economía, y para gestionar democráticamente los márgenes de socialización alcanzados. Sus principales sujetos portadores son las ONGs. Sus principales voceros los líderes sociales. Sus principales socios son los líderes políticos honestos. Y su programa es el de una reforma progresiva y consensuada de la sociedad actual, con un sentido democrático y solidario.
El teórico más representativo de la democracia participativa es Macpherson que postula un "sistema piramidal, con la democracia directa en la base y al democracia delegada en todos los niveles por encima de ella. Así, se empezaría con una democracia directa al nivel del barrio o de la fábrica, con debates totalmente directos, decisión por consenso o mayoría y elección de delegados que formarían un consejo al nivel más amplio inmediato... Los delegados tendrían que contar con suficientes instrucciones de sus electores y ser responsables ante ellos ... Y así sucesivamente".
A mediados del siglo pasado, la democracia representativa
consagrada por el constitucionalismo clásico entra en una profunda crisis.
La concepción teórica del poder que emana del pueblo pero que es
ejercido exclusivamente por sus representantes (tal como sostienen algunos
sectores apoyados en una interpretación textual del artículo 22 de nuestra
Constitución Nacional) aparece como insuficiente para contener las demandas
populares y alcanzar una sociedad con más libertad, igualdad y justicia social.
El
conflicto es antiguo, y se remonta a la contraposición entre la concepción
Rousseauniana y la defensa de la propiedad privada de Locke.
El proceso histórico ha demostrado que democracia y liberalismo no
son términos sinónimos como en un principio se pretendió. Por el contrario, a
lo largo de la década pasada, en el esplendor de las políticas neoliberales,
hemos podido comprobar cómo se utilizó la fachada del ‘‘régimen democrático’’
para implementar políticas autoritarias absolutamente contrarias a los
intereses populares y que condenaron a la exclusión y la marginalidad a la gran
mayoría de la población.
En nuestro país, a partir de la sanción de la constitución de
1853, todo intento de intervención popular en la toma de decisiones fue
abortado, fundándose en una vieja interpretación del artículo 22 de la misma,
según la cual estaría vedada toda forma de ejercicio de democracia semidirecta. Esta
norma fue esgrimida en cada oportunidad en que fuera necesario limitar la
participación popular en la toma de decisiones.
En definitiva, para la concepción neoliberal la participación
popular es tolerable sólo cuando se limita a la selección más o menos periódica
de quienes habrán de ocupar los cargos de gobierno (y recordemos que en la
mayoría de los países latinoamericanos, también estos procesos se vieron
interrumpidos por largos períodos), pero debe abstenerse de intervenir en el
proceso de la toma de decisiones. De esta forma se favorece el manejo
discrecional de la cosa pública por parte de las oligarquías gobernantes.
Otro recurso, frecuentemente utilizado para limitar la
participación popular es el consabido argumento de que la complejidad de las
cuestiones a resolver requieren la intervención de profesionales y técnicos,
quienes, ya no actuarían como asesores en aquellas materias complejas, sino
que, directamente, son los encargados de tomar las decisiones apoyados en sus
conocimientos científicos. La contradicción entre estas especulaciones y el
ideal democrático ha sido claramente expuesta por Norberto Bobbio: ‘‘La
tecnocracia y la democracia son antitéticas: si el protagonista de la sociedad
industrial es el experto, entonces quien lleva el papel principal en dicha
sociedad no puede ser el ciudadano común y corriente. La democracia se basa en
la hipótesis de que todos pueden tomar decisiones sobre todo; por el contrario,
la tecnocracia pretende que los que tomen las decisiones sean los pocos que
entienden de tales asuntos.’’
Los resultados de estas concepciones han sido catastróficos para
las sociedades, que, al verse apartadas del proceso de toma de las decisiones
que hacen a la defensa de sus intereses y al manejo de lo público, se vieron
arrojadas a la pobreza y la marginalidad.
Así por ejemplo, en nuestro país, se decidió, de espaldas a la
sociedad, la privatización de empresas públicas, la transferencia de
establecimientos educativos de la Nación a las Provincias sin que se
transfirieran conjuntamente las correspondientes partidas presupuestarias, el
desmantelamiento del sistema de salud, la utilización del espacio público en
beneficio de unos pocos, la reducción del aparato del estado a su mínima
expresión, y sobre todo, el endeudamiento del Estado Nacional a límites
inimaginables. Las consecuencias para la sociedad de estas decisiones han sido
devastadoras, y se traducen en la miseria en que vive la mayoría de la
población, en los altísimos niveles de desocupación, la desnutrición y
mortalidad infantil que se han elevado a grados antes desconocidos, la
deserción escolar que condena a los jóvenes a un destino peor que el de sus
padres y los altos índices de inseguridad que en los últimos tiempos han sido
tratados por algunos sectores interesados como un fenómeno aislado y que nada
tiene que ver con las políticas implementadas durante la última dictadura y
profundizadas en la década del 90.
Las instituciones puestas en marcha
bajo la democracia representativa, han sido poco eficaces, en muchas
experiencias latinoamericanas, en la función de mantenimiento de un sistema de
creencias de aceptabilidad de la clase política y de las políticas emanadas de
un sistema de gobierno. La falta de articulación de ambos sistemas se ha
constituido como un factor importante del contenido de la crisis. En este contexto,
el rol de los partidos políticos, como instituciones que se ven inmersas en el
proceso de burocratización del Estado, se fueron transformando en fuertes
aparatos burocráticos y en instrumentos de políticas clientelistas, de
cooptación y de poca participación.
Parámetros como la participación
activa, la acción directa y la auto-organización, son los brindan espacios que
dan la oportunidad de redefinir las instituciones estatales y sociales.
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DEMOCRACIA REAL YA. MANIFIESTO
Este 15 de mayo miles de
personas se manifestaron en toda España convocados mayormente por la iniciativa
ciudadana Democracia
Real Ya. En más de 60 ciudades ciudadan@s enojad@s con el cariz que han
tomado las prácticas políticas en España desfilaron en las calles bajo muy
diversos lemas. Democracia Real Ya no es el único grupo convocante. Encontramos
también a los movimientos de Sin Futuro, ATTAC, #nolesvotes, Anonymous y muchas
más iniciativas ciudadanas cuyo común denominador es la frustración frente al
estado de las cosas en España.
Este es el manifiesto hecho
público por Democracia Real Ya:
Somos personas normales y
corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar,
para trabajar o para buscar trabajo, gente que tiene familia y amigos. Gente
que trabaja duro todos los días para vivir y dar un futuro mejor a los que nos
rodean.
Unos nos consideramos más
progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos
ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos… Pero todos
estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social
que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios,
banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie.
Esta situación nos hace daño a
todos diariamente. Pero si todos nos unimos, podemos cambiarla. Es hora de
ponerse en movimiento, hora de construir entre todos una sociedad mejor. Por
ello sostenemos firmemente lo siguiente:
- Las prioridades de toda sociedad avanzada han de ser la igualdad, el progreso, la solidaridad, el libre acceso a la cultura, la sostenibilidad ecológica y el desarrollo, el bienestar y la felicidad de las personas.
- Existen unos derechos básicos que deberían estar cubiertos en estas sociedades: derecho a la vivienda, al trabajo, a la cultura, a la salud, a la educación, a la participación política, al libre desarrollo personal, y derecho al consumo de los bienes necesarios para una vida sana y feliz.
- El actual funcionamiento de nuestro sistema económico y gubernamental no atiende a estas prioridades y es un obstáculo para el progreso de la humanidad.
- La democracia parte del pueblo (demos=pueblo; cracia=gobierno) así que el gobierno debe ser del pueblo. Sin embargo, en este país la mayor parte de la clase política ni siquiera nos escucha. Sus funciones deberían ser la de llevar nuestra voz a las instituciones, facilitando la participación política ciudadana mediante cauces directos y procurando el mayor beneficio para el grueso de la sociedad, no la de enriquecerse y medrar a nuestra costa, atendiendo tan sólo a los dictados de los grandes poderes económicos y aferrándose al poder a través de una dictadura partitocrática encabezada por las inamovibles siglas del PPSOE.
- El ansia y acumulación de poder en unos pocos genera desigualdad, crispación e injusticia, lo cual conduce a la violencia, que rechazamos. El obsoleto y antinatural modelo económico vigente bloquea la maquinaria social en una espiral que se consume a sí misma enriqueciendo a unos pocos y sumiendo en la pobreza y la escasez al resto. Hasta el colapso.
- La voluntad y fin del sistema es la acumulación de dinero, primándola por encima de la eficacia y el bienestar de la sociedad. Despilfarrando recursos, destruyendo el planeta, generando desempleo y consumidores infelices.
- Los ciudadanos formamos parte del engranaje de una máquina destinada a enriquecer a una minoría que no sabe ni de nuestras necesidades. Somos anónimos, pero sin nosotros nada de esto existiría, pues nosotros movemos el mundo.
- Si como sociedad aprendemos a no fiar nuestro futuro a una abstracta rentabilidad económica que nunca redunda en beneficio de la mayoría, podremos eliminar los abusos y carencias que todos sufrimos.
- Es necesaria una Revolución Ética. Hemos puesto el dinero por encima del Ser Humano y tenemos que ponerlo a nuestro servicio. Somos personas, no productos del mercado. No soy sólo lo que compro, por qué lo compro y a quién se lo compro.
Por todo lo anterior, estoy
indignado.
Creo que puedo cambiarlo.
Creo que puedo ayudar.
Sé que unidos podemos.
Sal con nosotros. Es tu derecho