domingo, 6 de mayo de 2012

RELACIÓN ESTADO-MERCADO (4ºclase Apuntes)


RELACIÓN ESTADO-MERCADO

El Estado encontrará su más claro defensor en Thomas Hobbes, quien dio a la política una importancia fundamental para la existencia de la sociedad.
En El Leviatán (1651) refleja su pesimismo respecto de la naturaleza humana, así como su optimismo constructivista como factor de superación. Hobbes tratará de ordenar a una sociedad con conflictos civiles a través de una fuerte organización que haga posible la convivencia entre los hombres.
Hobbes sustenta la necesidad de construir un Estado artificial que posibilite la superación de la inseguridad, el miedo, la oscuridad.
Es constructivista, o sea, concibe la posibilidad de construir un ente (Leviatán) que asegure la superación de las flaquezas humanas y con ello el estado de anarquía, violencia y desesperación.
El hombre es ambicioso y egoísta; si interactuáramos sólo guiados por nuestros instintos regiría la ley del más fuerte, haciéndose imposible para la especie. Frente a la anarquía y a la violencia surge la necesidad de organizarse, la instauración de un acuerdo que permite el surgimiento del Leviatán. Entonces nos encontramos frente a un Estado Todopoderoso.
Este Estado era absoluto: Los súbditos no podían modificar la forma de gobierno y el poder del soberano no podía ser enajenado. Los súbditos no podían cuestionar los actos del soberano. Cada súbdito era autor de las decisiones del soberano por esto no puede ser acusado de injuria o injusticia.
En los siglos XVII y XVIII Europa instauró el absolutismo que encarnaba la figura del Estado en el Rey. “El Estado soy yo” Luis XIV. El monarca gobernaba por derecho divino. El poder soberano abarcaba la privacidad de los ciudadanos. Un Rey, una Fe, una Ley.
Toda la actividad de los hombres se encontraba dirigida y controlada por el Estado como institución organizadora de la vida pública. Esto generó abusos de poder.
La lucha contra el absolutismo originó la división entre Estado y sociedad, o sea, entre lo público y lo privado. Las reacciones contra el modelo absolutista pregonaban límites al ejercicio del poder. Surge así, el pensamiento liberal de Locke, basando sus esfuerzos en la construcción de un límite al ejercicio del poder estatal.
 Hobbes y Locke compartían la idea sobre el origen de la sociedad política. Locke consideraba que la naturaleza humana era capaz de armonizar la vida en sociedad en tanto que el uso del poder por parte del órgano político podía derivar en abusos.
Locke proponía una autoridad contenida por el consentimiento del pueblo, por el derecho natural, a fin de eliminar el riesgo al despotismo.
Siempre que un cierto número de hombres se une en sociedad renunciando cada uno de ellos al poder ejecutar la ley natural, cediéndolo a la comunidad, entonces se constituye una sociedad política o civil.
Según Locke el Estado puede ejercer la coacción en aquellas cuestiones que afectan a la vida pública y debe dejar libertad de acción a los ciudadanos en la esfera privada. Las relaciones económicas ya marcan la brecha entre el Estado y el Mercado.
. Locke plantea el liberalismo político en el que lo privado funciona como defensa y protección del ciudadano ante el poder absoluto del Estado. La distribución de poder debía darse en diversos órganos y el límite al poder se imponía a través del Estado de Derecho.
Los economistas clásicos se aferran a la idea de lo privado como ámbito de lo económico. Adam Smith apela a la interpretación economicista del ser humano. Cada individuo busca el medio más oportuno de emplear con mayor ventaja el capital del  que puede disponer. Se propone su propio interés, pero este esfuerzo sumado al esfuerzo de todos contribuye al bienestar general.
El método inductivo se basaba en el hipotético comportamiento racional económico.
Del hombre naturalmente libre se pasó al hombre naturalmente económico.
El individuo perdió la libertad que había obtenido de la mano de Locke para ser esposado a la mano invisible de Adam Smith.
Surge el Capitalismo que depende de un ordenamiento con poder coactivo que le garantice la posibilidad de efectuar transacciones económicas.
Según Karl Marx el Estado es la forma de organización tanto hacia adentro como hacia afuera que los burgueses se dan necesariamente para garantizar mutuamente sus propiedades y sus intereses.
La economía de Mercado es un sistema de división del trabajo basado en la propiedad privada de los medios de producción.
El imperio estatal se ejerce sobre la gente para prevenir actuaciones que perjudiquen o perturben el funcionamiento del Mercado.
La crisis del paradigma de la economía clásica ocurre en 1929- 1930. Caen las inversiones bursátiles y aumenta el desempleo.
Los economistas proponen que el Estado corrija las fallas del Mercado. Keynes pretendía corregir las fallas en la mecánica del Mercado con la intención de mejorar el funcionamiento del capitalismo.
Con respecto al desempleo, la teoría clásica sostenía que la desocupación es la consecuencia de salarios excesivos en relación con el rendimiento del trabajo. Keynes, en cambio sostenía que la insuficiencia de demanda colectiva (debido al ahorro) era el origen de la desocupación.
Según Keynes había que pasar a una era de socialismo liberal, o sea, un sistema en el que podamos actuar como una comunidad organizada para objetivos comunes, aunque respetando y protegiendo al individuo, su libertad de elección, su fe, su mente y su expresión, su empresa y su propiedad
Aquí debemos distinguir a los economistas del Estado de Bienestar de los marxistas. Estos últimos propugnaban una participación del Estado en la economía a los efectos de utilizar el poder político en la desarticulación de las relaciones capitalistas de dominación. Los seguidores de Keynes pretendían corregir fallas en la mecánica del mercado con la intención de mejorar el funcionamiento del capitalismo, el papel del Estado desde esta perspectiva no es desarticular la economía sino optimizar su funcionamiento.
Para los economistas del Estado de Bienestar se debía desarrollar el círculo virtuoso, partiendo de la creación de puestos de trabajo, los trabajadores se transformarían en consumidores que demandarían bienes, lo que aumentaría la producción. El Empleador debía ser el Estado como motor del desarrollo económico y garantizando el bienestar. Los recursos para lograrlo debían obtenerse de los fondos genuinos de recaudación tributaria y/o de la emisión monetaria. Esta última era la propuesta de Keynes ante la falta de recursos genuinos. Los economistas clásicos le advirtieron que generaría el aumento de la inflación, pero Keynes sostenía que la inflación estaría controlada por el Mercado.
El Estado de Bienestar surge a partir del New Deal de Roosevelt, pero tiene mayor relevancia en la segunda posguerra mundial. El avance de la URSS trajo como consecuencia la difusión de los postulados ideológicos marxistas, instigando a las clases obreras a una revolución en contra de las democracias occidentales, esto obligó a los países capitalistas a aplicar políticas de supervivencia. El Plan Marshall contribuye a la reconstrucción de las economías y al desarrollo de la economía norteamericana especialmente. Entonces no podemos dejar de analizar el Estado de Bienestar en el contexto de la guerra fría. Detrás de las políticas de Bienestar se presenta el intento de los Estados democráticos de contener los posibles desórdenes sociales que pudieran servir como receptáculo de las propuestas reformistas del poder soviético.
El período de auge del paradigma de Bienestar se extiende por más de dos décadas hasta que el Mercado empieza a dar señales negativas a través de la inflación acompañada por estancamiento.
Estos elementos confluyeron con grandes déficit fiscales por la expansión del Estado de Bienestar. Reapareció el desempleo y el aumento de precios. En los países del tercer mundo o en vías de desarrollo, se sumó el endeudamiento externo.
Así surge la corriente de Chicago que pregonaba que la única forma de controlar la inflación era a través de la restricción de la oferta monetaria hasta el punto en que la misma pudiera ser respaldada con recursos genuinos.
Uno de los exponentes de la escuela de Chicago fue Friedrich Hayek, quien recibió el premio nobel de economía en 1973. Su pensamiento liberal en defensa del Mercado se basa en una lucha contra toda construcción de órdenes arbitrarios que atenten contra las libertades  humanas. La justicia social, según Hayek es una actitud totalitaria que va contra los principios mismos de la democracia.
En este marco no podemos olvidar que América Latina sufrió el terrorismo de Estado de la mano de las dictaduras militares impulsadas por los Estados Unidos, desde la Escuela de las Américas, con el objetivo de facilitar la implementación de estas medidas, beneficiando a los empresarios amigos del régimen.
Estas ideas dieron lugar a una nueva etapa, el Neoliberalismo. El Estado retrocedía del ámbito económico. Los controles de la emisión monetaria y la búsqueda de equilibrios fiscales se convertían en las normas fundamentales de los gobiernos que querían salir de la hiperinflación.
Al abandonar el Estado los ámbitos de planificación económica, se producía el aumento del desempleo y la privatización de las empresas públicas con el consiguiente recorte de personal.
Era imprescindible la obtención de un marco de legitimidad institucional para afrontar el ajuste, era necesario contar con el respaldo de los sectores sindicales, que se habían fortalecido en la época de Bienestar, en caso contrario debían ser desarticulados a través de maniobras políticas que no minaran la legitimidad del régimen. Por esto los líderes elegidos que llegaron a la presidencia de la Nación debían representar a partidos populares, como en el caso de la Argentina que el candidato a presidente Carlos Menem ganó con un discurso peronista y luego sus políticas neoliberales lograron defraudar a sus votantes, poner en crisis al partido y desarticular los sindicatos.
Estas políticas neoliberales se empiezan a pensar en la década de los 70, son aplicadas en la década de los 80 en Europa y los EEUU, y se extendieron a América Latina a partir de los 90


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